Editores y Editores
Ismael Martínez Biurrun es uno de esos autores novísimos que empieza en esto de la literatura fantástica. Su primera novela, “Infierno nevado”, salió en el 2005 y hace poco acaba de sacar su nueva obra: “Rojo alma, negro sombra”. Sí en el primer caso la noticia sólo fue conocida por el puñado de aficionados habituales, en el segundo la cosa promete más ya que, sin ir más lejos, ayer mismo fue una de las noticias aparecidas en la sección de cultura de el diario “El Mundo”.
“Infierno nevado” es un peculiar cruce entre novela histórica (una de romanos) y terror lovercraftiano, mientras que “Rojo alma, negro sombra” es (por lo visto en el periódico) una historia de terror contemporánea con grafiteros de por medio.
A priori dos historias de esas que gustan a mucha gente, no únicamente a los frikis como nosotros. Con todo, y a pesar de su cierto éxito, va por la segunda edición, “Infierno nevado” no ha tenido la repercusión que se merece mientras que, aparentemente, “Rojo alma, negro sombra” sí que va a alcanzar cierta proyección mediática, sin ir más lejos su aparición un domingo en un medio de prensa de la tirada de “El mundo”.
¿Y por qué una sí y otra no? Pues por que la primera fue publicada por el Equipo Sirius y la segunda por 451 Editores. O lo que es lo mismo, la diferencia entre una editorial con una forma de actuar de aficionados y una editorial con un concepto más profesional del trabajo.
Por desgracia, el mundo del fantástico fandomita está lleno de editoriales pequeñas con mucha voluntad y entusiasmo pero poca proyección entre el gran público. Con la avalancha diaria de ediciones editar un libro debería ser algo más que colocarlo en las estanterías de una tienda para que sea devorado por la indiferencia de los lectores abrumados por una oferta avasalladora.
Hay que moverse, atraer al público, ganarse, en suma, a los medios de comunicación. La gene no se va a comprar el libro por que tenga una portada chula y una sinopsis atrayente, la gente swe lo comprará por que hay un run run que le dice: “merece la pena”. Y ese run run puede nacer en muchos sitios, del boca oreja, de acuerdo, pero es la excepción que confirma la regla, lo habitual es que sean los medios de comunicación (internet incluida) los que echen a rodar la bola que dará origen al éxito.
Eso la saben bien muchas editoriales pequeñas pero ambiciosas como es el caso de 451 Editores, pero a la que podríamos añadir un buen puñado de nombres como Nórdica, Lengua de Trapo, Los libros del Asteroide, etc, etc. Peso esto es algo que parecen ignorar muchas de las editoriales pequeñas, llamémoslas, fandomitas como Equipo Sirius, AJEC, Berenice, Vórtice y compañía.
Sólo un dato sobre el Equipo Sirius basado en mi experiencia personal, para conseguir algunos de sus libros he tenido que esperar a las correspondientes Ferias del Libro de Madrid donde suelen tener caseta, si no era imposible hacerse con algún ejemplar de su catálogo. Y a veces ni el propio vendedor del stand Sabía de que le estaba preguntando.
Señores hay crisis, hay que espabilar por que si no la guadaña empezará a segar a aquellos que sigan pensando que vender libros es, tan sólo poner un par de ejemplares en las baldas de la FNAC (y a veces no siquiera ahí).
“Infierno nevado” es un peculiar cruce entre novela histórica (una de romanos) y terror lovercraftiano, mientras que “Rojo alma, negro sombra” es (por lo visto en el periódico) una historia de terror contemporánea con grafiteros de por medio.
A priori dos historias de esas que gustan a mucha gente, no únicamente a los frikis como nosotros. Con todo, y a pesar de su cierto éxito, va por la segunda edición, “Infierno nevado” no ha tenido la repercusión que se merece mientras que, aparentemente, “Rojo alma, negro sombra” sí que va a alcanzar cierta proyección mediática, sin ir más lejos su aparición un domingo en un medio de prensa de la tirada de “El mundo”.
¿Y por qué una sí y otra no? Pues por que la primera fue publicada por el Equipo Sirius y la segunda por 451 Editores. O lo que es lo mismo, la diferencia entre una editorial con una forma de actuar de aficionados y una editorial con un concepto más profesional del trabajo.
Por desgracia, el mundo del fantástico fandomita está lleno de editoriales pequeñas con mucha voluntad y entusiasmo pero poca proyección entre el gran público. Con la avalancha diaria de ediciones editar un libro debería ser algo más que colocarlo en las estanterías de una tienda para que sea devorado por la indiferencia de los lectores abrumados por una oferta avasalladora.
Hay que moverse, atraer al público, ganarse, en suma, a los medios de comunicación. La gene no se va a comprar el libro por que tenga una portada chula y una sinopsis atrayente, la gente swe lo comprará por que hay un run run que le dice: “merece la pena”. Y ese run run puede nacer en muchos sitios, del boca oreja, de acuerdo, pero es la excepción que confirma la regla, lo habitual es que sean los medios de comunicación (internet incluida) los que echen a rodar la bola que dará origen al éxito.
Eso la saben bien muchas editoriales pequeñas pero ambiciosas como es el caso de 451 Editores, pero a la que podríamos añadir un buen puñado de nombres como Nórdica, Lengua de Trapo, Los libros del Asteroide, etc, etc. Peso esto es algo que parecen ignorar muchas de las editoriales pequeñas, llamémoslas, fandomitas como Equipo Sirius, AJEC, Berenice, Vórtice y compañía.
Sólo un dato sobre el Equipo Sirius basado en mi experiencia personal, para conseguir algunos de sus libros he tenido que esperar a las correspondientes Ferias del Libro de Madrid donde suelen tener caseta, si no era imposible hacerse con algún ejemplar de su catálogo. Y a veces ni el propio vendedor del stand Sabía de que le estaba preguntando.
Señores hay crisis, hay que espabilar por que si no la guadaña empezará a segar a aquellos que sigan pensando que vender libros es, tan sólo poner un par de ejemplares en las baldas de la FNAC (y a veces no siquiera ahí).