Minotauro en la Encrucijada
Cuando el premio Minotauro salió a la palestra una de las primeras preguntas que me hice fue ¿y quiénes van a ser los ganadores? Inicialmente se me plantearon dos posibilidades: la primera, que el premio estuviese centrado en autores mainstream que hiciesen sus pinitos en el fantástico (al estilo de un Ishiguro o un McCarthy) o a autores de género fantástico "serio" (por ejemplo, un Merino). Era (y es) una opción interesante, un poco al estilo del premio Tristana de Santander, me hubiese gustado verla funcionar (y, realmente, los 18.000 euros que inicialmente tenía el premio la hacían muy posible).
La otra posibilidad (y que a la postre fue la que salió adelante) consistía en recurrir a los autores nacionales del fandom, a aquellos que llevaban el fantático como género en su ADN desde que eran aficionados y se bregaron en las movedizas arenas de los fanzines, e-zines, pro-zines y demás zines.
Ese fue el camino elegido por la editorial, sólo hay que ver a los autores ganadores y a algunos de los finalistas que se tuvo a bien publicar: León Arsenal, Rodolfo Martínez, Javier Negrete, Víctor Conde, Rafa Marín, Eduardo Vaquerizo, Carlos Gardini... (sin olvidar a otros que no tuvieron esa suerte pero que concursaron igualmente como Ángel Torres Quesada).
A que negarlo, esa opción me gustó, y supuse que otros años vería publicados libros de autores similares como Juan Miguel Aguilera o Elia Barceló (a los que Minotauro ya estaba publicando).
Bueno, las cosas no fueron exactamente así. Las expectativas que Minotauro tenía en cuanto a las ventas no debieron de ser las esperadas. el público no reaccionó de la forma adecuada. Claro, sí, realmente, los que están dispuestos a comprar un libro de uno de estos autores son únicamente unos 1.000 o así en toda España, las cifras no cuadran.
La otra posibilidad (y que a la postre fue la que salió adelante) consistía en recurrir a los autores nacionales del fandom, a aquellos que llevaban el fantático como género en su ADN desde que eran aficionados y se bregaron en las movedizas arenas de los fanzines, e-zines, pro-zines y demás zines.
Ese fue el camino elegido por la editorial, sólo hay que ver a los autores ganadores y a algunos de los finalistas que se tuvo a bien publicar: León Arsenal, Rodolfo Martínez, Javier Negrete, Víctor Conde, Rafa Marín, Eduardo Vaquerizo, Carlos Gardini... (sin olvidar a otros que no tuvieron esa suerte pero que concursaron igualmente como Ángel Torres Quesada).
A que negarlo, esa opción me gustó, y supuse que otros años vería publicados libros de autores similares como Juan Miguel Aguilera o Elia Barceló (a los que Minotauro ya estaba publicando).
Bueno, las cosas no fueron exactamente así. Las expectativas que Minotauro tenía en cuanto a las ventas no debieron de ser las esperadas. el público no reaccionó de la forma adecuada. Claro, sí, realmente, los que están dispuestos a comprar un libro de uno de estos autores son únicamente unos 1.000 o así en toda España, las cifras no cuadran.
Y eso a pesar de que, aunque esta generación fandomita se había curtido en la CF, todas las novelas ganadoras eran Fantasía de un tipo u otro.
Así que las cosas cambiaron, y de que forma. El premio perdio peso (ahora es sólo de 10.000 euros) y se eligieron a otros autores, digamos, más comerciales: Clara Tahoces y Fernando Jiménez López del Oso. Sí, efectivamente, dos representantes de lo esotérico a lo Iker Jiménez de lo más detestable. Una pena, una aberración y una vergüenza (y probablemente muchas más cosas) pero el mercado manda.
Y manda tanto que Minotauro ha dado un nuevo bandazo, se ve que los engendros a lo Cuarto Milenio tampoco han vendido lo suficiente y había que ir por nuevos derroteros. Se podía haber buscado sangre nueva, pero eso ya se hizo con otro ganador, Federico Fernández Giordano, que pasó sin pena ni gloria. Así que, sorprendentemente, se ha decidido volver a la antigua fórmula, a la del veterano autor fandomita y esta vez el premio ha recaído en un viejo conocido (dos veces finalista): Víctor Conde con sus "Crónicas del Multiverso".
No puedo menos que alegrarme por este nuevo cambio, máxime si tenemos en cuenta que el libro de Conde es CF de la buena (una space opera como Dios manda), algo bastante raro en el Minotauro.
Y esta alegría incluye una pequeña satisfacción: igual resulta que los lectores de CF somos más que los de ovnis y demás familía. Je, Je, no estaría nada mal.
En cualquier caso Minotauro se encuentra en la encrucijada y, me da la sensación, anda un poco a la desesperada. Se le están acabando los conejos de la chistera y sí el libro de Conde no funciona es posible que veamos la muerte del premio (o un nuevo giro digno del folletín más desaforado). Personalmente preferiría que los del Oso y Tahoces continuasen lejos del premio y que la vieja guardia fandomita (y sus nuevos secuaces) aproveche este filón. Pero esos son mis deseos y no conviene confundirlos con la realidad. a la larga, Planeta tendrá la última palabra y, parafraseando cierto título memorable, serán los fríos números los que decidan.
Así que las cosas cambiaron, y de que forma. El premio perdio peso (ahora es sólo de 10.000 euros) y se eligieron a otros autores, digamos, más comerciales: Clara Tahoces y Fernando Jiménez López del Oso. Sí, efectivamente, dos representantes de lo esotérico a lo Iker Jiménez de lo más detestable. Una pena, una aberración y una vergüenza (y probablemente muchas más cosas) pero el mercado manda.
Y manda tanto que Minotauro ha dado un nuevo bandazo, se ve que los engendros a lo Cuarto Milenio tampoco han vendido lo suficiente y había que ir por nuevos derroteros. Se podía haber buscado sangre nueva, pero eso ya se hizo con otro ganador, Federico Fernández Giordano, que pasó sin pena ni gloria. Así que, sorprendentemente, se ha decidido volver a la antigua fórmula, a la del veterano autor fandomita y esta vez el premio ha recaído en un viejo conocido (dos veces finalista): Víctor Conde con sus "Crónicas del Multiverso".
No puedo menos que alegrarme por este nuevo cambio, máxime si tenemos en cuenta que el libro de Conde es CF de la buena (una space opera como Dios manda), algo bastante raro en el Minotauro.
Y esta alegría incluye una pequeña satisfacción: igual resulta que los lectores de CF somos más que los de ovnis y demás familía. Je, Je, no estaría nada mal.
En cualquier caso Minotauro se encuentra en la encrucijada y, me da la sensación, anda un poco a la desesperada. Se le están acabando los conejos de la chistera y sí el libro de Conde no funciona es posible que veamos la muerte del premio (o un nuevo giro digno del folletín más desaforado). Personalmente preferiría que los del Oso y Tahoces continuasen lejos del premio y que la vieja guardia fandomita (y sus nuevos secuaces) aproveche este filón. Pero esos son mis deseos y no conviene confundirlos con la realidad. a la larga, Planeta tendrá la última palabra y, parafraseando cierto título memorable, serán los fríos números los que decidan.