"Providence", Otro Extracto
Podría pensarse, visto el anterior extracto, que “Providence” sólo hace guiños cómplices a los amantes de la ciencia ficción. Nada más lejos de la realidad, su autor, en general, rinde homenaje a todo aquello que, actualmente, se conoce como friki (si bien Ferré prefiero el término original inglés freaks) y, de paso, reflexiona con agudeza sobre las características de este grupo de fanáticos de determinados aspectos de la cultura popular. Valga este extracto como muestra, también, del estilo que impregna toda la novela:
Podría convertirse de la noche a la mañana (…) en una película de culto, por lo menos en el gremio de los freaks, esa fracción oscura de la población traumatizada por innumerables complejos desde la infancia (la pobreza, la marginalidad, la fealdad, la falta de oportunidades, el bajo nivel cultural y profesional de la parentela, la miseria secular de la escuela pública, los dormitorios compartidos, la soledad compartida, la adolescencia de barrio, etcétera). Estos múltiples traumas aparecen traducidos en la edad adulta a un código comunicable que les permite, por fin, salir de pobres y ganarse la vida transmitiendo una visión de la realidad (que responde más bien a las expectativas fraguadas entonces como una educación sentimental en el fracaso absoluto como horizonte mental de vida y la masturbación como momento cenital de la personalidad (…). Todos estos vates de la inferioridad, la marginación y la inmadurez como actitud y estilo de vida suelen ocupar con sus delirantes sermones a favor de la alteralidad cultural un montón de publicaciones a cual más estrambótica, fanzines y magazines que funcionan como boletines oficiales del submundo, hojas parroquiales extraídas de algún manicomio desahuciado por la psiquiatría convencional y entregado al cuidado de los pacientes terminales, informes pormenorizados de esta subcultura española que se está adueñando, para bien, de la estética y la creación más innovadoras y de los discursos más insistentes incluso en los medios mayoritarios. (Páginas 122-123).
Podría convertirse de la noche a la mañana (…) en una película de culto, por lo menos en el gremio de los freaks, esa fracción oscura de la población traumatizada por innumerables complejos desde la infancia (la pobreza, la marginalidad, la fealdad, la falta de oportunidades, el bajo nivel cultural y profesional de la parentela, la miseria secular de la escuela pública, los dormitorios compartidos, la soledad compartida, la adolescencia de barrio, etcétera). Estos múltiples traumas aparecen traducidos en la edad adulta a un código comunicable que les permite, por fin, salir de pobres y ganarse la vida transmitiendo una visión de la realidad (que responde más bien a las expectativas fraguadas entonces como una educación sentimental en el fracaso absoluto como horizonte mental de vida y la masturbación como momento cenital de la personalidad (…). Todos estos vates de la inferioridad, la marginación y la inmadurez como actitud y estilo de vida suelen ocupar con sus delirantes sermones a favor de la alteralidad cultural un montón de publicaciones a cual más estrambótica, fanzines y magazines que funcionan como boletines oficiales del submundo, hojas parroquiales extraídas de algún manicomio desahuciado por la psiquiatría convencional y entregado al cuidado de los pacientes terminales, informes pormenorizados de esta subcultura española que se está adueñando, para bien, de la estética y la creación más innovadoras y de los discursos más insistentes incluso en los medios mayoritarios. (Páginas 122-123).
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