Menuda Prensa
Leído hace un par de fines de semana en el Magazine de El Mundo: "40 años de Esoterismo". O algo por el estilo, que cito de memoria. Igual de memoria que el redactor del artículo por qué se supone que esto de los paranormal empezó allá por 1968 con lo de las Caras de Bálmez, así que a mi no me salen las cuentas pero, en fin, el caso es rellenar un par de páginas de forma vistosa.
Pues nada, ni cortos ni perezosos, como son 40 años, más o menos, venga pues 40 eventos "misteriosos". Una parida como otra cualquiera pero que, bien hecha, podría tener su gracia y todo, ideal para una tarde de domingo tonta.
Me pongo, por tanto, a leer la lista y me encuentro con lo típico, que si la citadas Caras de Bálmez, que si OVNIs por aquí, que si fantasmas por allí, unos poltergeist, algunas psicofonías y los más populares programas, revistas y divulgadores del tema (de Jiménez del Oso a Iker Jiménez). En fin, todo muy nostálgico, delirante y un tanto camp.
La verdad es que durante un rato me lo pasé pipa, cualquiera que haya dejado atrás los treinta y tantos recordara aquella psicosis por lo paranormal que azotó este país entre finales de los 70 y principios de los 80 (bueno, este país y el mundo entero, ¿nadie recuerda "Encuentros en la Tercera Fase?"). Sería cosa de la libertad recien recobrada, de la crisis económicosocialpolíticoyloquesea, o de moda pero el fenómeno arrasó. Especialmente el OVNI y el que afirme ahora que, en aquellos años, no se leyó algo sobre el tema miente como un bellaco.
Puede parecer paradójico pero muchas vocaciones frikis nacieron leyendo antes a J.J. Benítez que a Isaac Asimov. Y como no soy de lanzar la piedra y esconder la mano presento mi propio expediente acusatorio: con 12 años me chiflaba Berlitz y su libro sobre el Triángulo de las Bermudas. Sí, lo confieso, en el colegio me lo debí de leer media docena de veces. Nadie es perfecto, ni siquiera yo.
Luego uno madura, se da cuenta del camelo que todo eso significa y, o bien lo deja, o bien se recicla como lector de CF, este en concreto fue mi caso, probablemente por qué, a la larga, descubrí que Silverberg era más de divertido que Kolosimo y, además, escribía mucho mejor.
En cuaqluier caso, como dice el refranero, Dios nos libre del furor del converso, por qué aunque muchos frikis empezaron así ahora son (somos) de los más furibundos detractores del camelo esotérico, que aunque sin comparación con el de hace 30 años, vive un pequeño renacimiento.
Así que, mientras leía la lista de las narices reflexionando poco más o menos como en los párrafos anteriores, y vi como uno de los hitos la saga de "Caballo de Troya" de J. J. Benítez ni parpadeé. Puede que parezcan libros de CF pero viniendo de uno de los popes del tema y afirmando (como afirma) que todo es verdad verdadera, y recordando que ha vendido tropecientos millones de ejemplares, pues sí, su inclusión tenía lógica.
Luego apareció "El código Da Vinci" de Brown y ya me pareció un poco raro. Bueno, es verdad que toca un tema esotérico por excelencia, Jesús y sus posibilidades, digamos, alternativas pero ¿realmente Brown se cree su libro? ¿no ha afirmado por ahí que es solo una novela? Como no soy un experto en el tema dejé la duda en suspenso, probablemente el equivocado era yo.
Y, entonces le tocó el turno a Harry Potter y después a la saga "Crepúsculo" y ahí ya fue cuando empecé a jurar en arameo y a maldecir la inveterada costumbre de algunos periodistas (recalcó lo de algunos que también hay profesionales como la copa de un pino) por confundir el culo con las témporas. Meter en el mismo saco una obra de ficción cuyo autor sabe de sobra que es eso, ficción, y mezclarla con obras de ficción cuyos autores pretenden presentar como algo real es, sencillamente, hacer trampas o no tener ni puñetera idea.
Cada uno que elija una de las dos opcions, a mí, personalmente, me da lo mismo, es la misma estúpida costumbre de mezclar churras con merinas y de conseguir que la gente que no tenga mucha idea sobre el tema se crea que J. K. Rowling juega a lo mismo que Cuarto Milenio. Lo dicho, una chapuza tremenda y es que, como decía en el título de la entrada, menuda prensa.
Pues nada, ni cortos ni perezosos, como son 40 años, más o menos, venga pues 40 eventos "misteriosos". Una parida como otra cualquiera pero que, bien hecha, podría tener su gracia y todo, ideal para una tarde de domingo tonta.
Me pongo, por tanto, a leer la lista y me encuentro con lo típico, que si la citadas Caras de Bálmez, que si OVNIs por aquí, que si fantasmas por allí, unos poltergeist, algunas psicofonías y los más populares programas, revistas y divulgadores del tema (de Jiménez del Oso a Iker Jiménez). En fin, todo muy nostálgico, delirante y un tanto camp.
La verdad es que durante un rato me lo pasé pipa, cualquiera que haya dejado atrás los treinta y tantos recordara aquella psicosis por lo paranormal que azotó este país entre finales de los 70 y principios de los 80 (bueno, este país y el mundo entero, ¿nadie recuerda "Encuentros en la Tercera Fase?"). Sería cosa de la libertad recien recobrada, de la crisis económicosocialpolíticoyloquesea, o de moda pero el fenómeno arrasó. Especialmente el OVNI y el que afirme ahora que, en aquellos años, no se leyó algo sobre el tema miente como un bellaco.
Puede parecer paradójico pero muchas vocaciones frikis nacieron leyendo antes a J.J. Benítez que a Isaac Asimov. Y como no soy de lanzar la piedra y esconder la mano presento mi propio expediente acusatorio: con 12 años me chiflaba Berlitz y su libro sobre el Triángulo de las Bermudas. Sí, lo confieso, en el colegio me lo debí de leer media docena de veces. Nadie es perfecto, ni siquiera yo.
Luego uno madura, se da cuenta del camelo que todo eso significa y, o bien lo deja, o bien se recicla como lector de CF, este en concreto fue mi caso, probablemente por qué, a la larga, descubrí que Silverberg era más de divertido que Kolosimo y, además, escribía mucho mejor.
En cuaqluier caso, como dice el refranero, Dios nos libre del furor del converso, por qué aunque muchos frikis empezaron así ahora son (somos) de los más furibundos detractores del camelo esotérico, que aunque sin comparación con el de hace 30 años, vive un pequeño renacimiento.
Así que, mientras leía la lista de las narices reflexionando poco más o menos como en los párrafos anteriores, y vi como uno de los hitos la saga de "Caballo de Troya" de J. J. Benítez ni parpadeé. Puede que parezcan libros de CF pero viniendo de uno de los popes del tema y afirmando (como afirma) que todo es verdad verdadera, y recordando que ha vendido tropecientos millones de ejemplares, pues sí, su inclusión tenía lógica.
Luego apareció "El código Da Vinci" de Brown y ya me pareció un poco raro. Bueno, es verdad que toca un tema esotérico por excelencia, Jesús y sus posibilidades, digamos, alternativas pero ¿realmente Brown se cree su libro? ¿no ha afirmado por ahí que es solo una novela? Como no soy un experto en el tema dejé la duda en suspenso, probablemente el equivocado era yo.
Y, entonces le tocó el turno a Harry Potter y después a la saga "Crepúsculo" y ahí ya fue cuando empecé a jurar en arameo y a maldecir la inveterada costumbre de algunos periodistas (recalcó lo de algunos que también hay profesionales como la copa de un pino) por confundir el culo con las témporas. Meter en el mismo saco una obra de ficción cuyo autor sabe de sobra que es eso, ficción, y mezclarla con obras de ficción cuyos autores pretenden presentar como algo real es, sencillamente, hacer trampas o no tener ni puñetera idea.
Cada uno que elija una de las dos opcions, a mí, personalmente, me da lo mismo, es la misma estúpida costumbre de mezclar churras con merinas y de conseguir que la gente que no tenga mucha idea sobre el tema se crea que J. K. Rowling juega a lo mismo que Cuarto Milenio. Lo dicho, una chapuza tremenda y es que, como decía en el título de la entrada, menuda prensa.
2 Comments:
Yo ya sabía que muchos lectores de Dan Brown creen que todo aquello es verdad; ¡lo que no sabía es que entonces, según los del "Magazine" de "El Mundo", también se puede creer en Harry Potter o en los vampiros de Stephenie Meyer!
Eso sí, imperdonable que se olcidasen en ese "dossier" de todo ese subgénero narrativo sobre el Titadyn y la furgoneta Kangoo. Ah, claro, es que eso lo editan ellos...
Mira que eres malo ;)
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