domingo, enero 20, 2008

Memoria Recuperada: "Viaje Más Allá del Crepúsculo" de Robert Heinlein


En la portada hay un primer plano de la cara de un gato (muy adecuado). La traducción, aceptable pero poco cuidadosa, es de Domingo Santos. Más ciencia ficción, y, en principio, de calidad, nada menos que el último libro de Robert Heinlein, uno de los grandes. Pero, claro, con más de 80 años uno chochea, y el pobre lo lleva haciendo desde los 60. Vamos, que todos sus libros desde “Tiempo para amar” son delirios seniles o algo peor. Y me explico, pase que Heinlein siempre fuese bastante facha y yanki hasta la médula, pero lo de los últimos libros es alucinante: a favor de la pena de muerte, del castigo físico, de la supresión de la democracia (sustituida por una horripilante anarquía “liberal”), etc, etc. Heinlein llora y babosea sobre los buenos viejos tiempos (entre 1800 y 1945) y despotrica sobre los” Años Locos” (este fin de siglo nuestro). Me imagino que si estuviese vivo sería un ferviente seguidor de los grupos neonazis estadounidenses (hasta disculparía lo de Oklahoma), pero, lo más cargante de esta novela son las referencias hacia la política exterior de E.E.U.U. España declara la guerra a U.S.A. en 1898 (¿?) para que estos liberen Cuba y Filipinas (¡Toma ya!). Y como estamos en un universo alternativo, Patton es presidente y se ha anexionado Japón y Lejano Oriente después de expulsar a los comunistas de Europa Oriental (¡Dios bendiga a América!). En fin, de esa guisa continúan las aventuras de Maureen Long, la abuela del bueno de Lazarus Long, desde 1882 a 1982, en una Norteamérica, como ya he dicho, alternativa, para, al final, acabar en Tertius y unirse a la pandilla de su nieto. Lo bueno de la señora Long es que le encanta que la preñen y que la mande su maridito (muy feminista ella), pero, eso sí, con orgías y demás excesos sexuales (vicios privados, virtudes públicas, ¿le suena a alguien?). Lo peor de Heinlein es que escribe tan bien que puedes llegar a aceptar sus estúpidas ideas.

-----------------------------------------------------------------------------

Probablemente esta última frase sea el mejor resumen posible sobre la figura literaria de Robert Heinlein: alguien con un don para la narración pura increíble y unas ideas políticas nauseabundas. Cuando la narración gana, se disfruta de una de las experiencias lectoras más gratas imaginables. Cuando, en cambio, son las ideas políticas las que priman, apaga y vámonos. Hasta “Tropas del espacio”, la obra de Heinlein es narración pura, con hitos tan sobresalientes a este respecto como “Puerta al verano”, o, más modestamente, “Hija de Marte”, la novela con menos chicha y peor planteada de la historia y que, sin embargo, se lee de cabo a rabo sin separar los ojos del texto.
A partir de “Tropas del espacio” la ideología política reaccionaria (siempre presente, no lo olvidemos, ahí está “Amos de títeres”) y la narración compiten en un precario equilibrio hasta “Tiempo para amar” el canto del cisne de Heinlein. A partir de ahí la política gana y el interés se esfuma. Y, con todo, este “Viaje más allá del crepúsculo”, a pesar de los errores históricos y el mensaje reaccionario no es del todo un mal final para la carrera de un gran escritor, ya que resulta mucho más entretenido que, por ejemplo, “El número de la bestia” (tediosa en grado sumo) o “El gato que atraviesa las paredes” (muy mal estructurada), obras de la misma época.
Por acabar, en 1995 me preguntaba que opinaría Heinlein sobre el atentado de Oklahoma, hoy en día podríamos especular sobre sus opiniones respecto al 11-S, pero miedo me da sospechar que pensaría el Robert Heinlein de los 80 sobre este suceso.

sábado, enero 19, 2008

James Tiptree Jr.: Un Breve Repaso Bibliográfico.

James Tiptree Jr., el seudónimo de la estadounidense Alice Sheldon (1915-1987), fue una autora atípica. No sólo por lo peculiar de sus trabajos, con una originalidad difícil de encontrar en cualquier campo literario, sino por la forma en que encaró la creación artística. Su carrera se inició de forma bastante tardía (publicó su primer cuento con 54 años), eligió un género, la ciencia ficción, que no gozaba de excesivo prestigio y donde las mujeres casi siempre habían estado ausentes, finalmente, se especializó en la escritura de cuentos, uno de los caminos más duros para alcanzar la fama.
En cualquier caso, tengo la sospecha de que a Alice Sheldon la fama, y otras cosas por el estilo, debían importarle muy poco. De ahí que eligiese un seudónimo masculino y un tanto ridículo (Tiptree es una marca inglesa de mermelada) y que sólo se comunicase por carta con un puñado de admiradores y colegas.
Su obra fue escasa pero, probablemente por ello, de una perfección casi exquisita. Según las bases de datos que he consultado publicó 63 cuentos (recopilados en vida en siete antologías, otras más aparecieron tras su muerte), unos cuantos de forma póstuma, y dos novelas.
Sólo se han editado tres libros suyos en castellano. Su novela “En la cima del mundo”, Edhasa Nebulae 2ª Época Nº 37 1979 (“Up the walls of the world 1978); y sus antologías de relatos “Cantos estelares de un viejo primate”, Edhasa Nebulae 2ª Época Nº 42 1980 (“Star songs of an old primate” 1978); y “Mundos cálidos y otros”, Edhasa Nebulae 2ª Época Nº 67 1985 (“Warm worlds and otherwise” 1975). Desde hace años están descatalogados.
Lo más triste es que otros muchos cuentos de esta autora (que destacó especialmente en este terreno) aparecen diseminados en decenas de antologías igualmente inencontrables. También es lamentable que la última vez que se publicó algo suyo, la novela corta “El color de los ojos del Neandertal” en uno de los volúmenes dobles de Robel, la editorial quebrase al poco (y saldase todos los ejemplares como es costumbre).
Estos son los relatos disponibles en castellano:

“Cantos estelares de un viejo primate”:

Tu corazón haploide
Y así sucesivamente
Su humo se elevó para siempre
Un momentáneo sabor de existencia
Houston, Houston ¿me recibe?
El psicólogo que no quería maltratar a las ratas
Ella espera a todos los nacidos

“Mundos cálidos y otros”

Todas las clases de sí
La leche del paraíso
Y he llegado a este lugar por caminos errados
El último vuelo del Doctor Ain
Amberjack
A través de una chica, oscuramente
La muchacha que estaba conectada
Los saurios que florecen de noche
Las mujeres que los hombres no ven
Desliz
Amor es el plan, el plan es la muerte
En la última tarde

Esta última antología es interesante por que cuenta con un buen prólogo de Robert Silverberg (“¿Quién es Tiptree? ¿Qué es Tiptree”) que se hizo famoso por afirmar, categóricamente, que Tiptree era, dada su forma de escribir, claramente un hombre. Sin duda, una de las mayores meteduras de pata de Silverberg.
Algunos de estos cuentos aparecen en otras antologías pero, excepto en el caso de “Amor es el plan, el plan es la muerte” presente en “Lo mejor de los Premios Nebula (Ediciones B), todas están descatalogadas.
Los cuentos traducidos al castellano que aparecieron en otros sitios son los siguientes:

Madre en el cielo con diamantes (“Antología de Novelas de Anticipación XIX”, Acervo).
Sabio en dolor (“Cuando fuimos a ver el fin del mundo”, Caralt). También aparece como Las formas del dolor (Revista Minotauro Nº 6).
Y desperté y me encontré aquí en la fría ladera ("Sexo alienígena", Destino; y en la revista Minotauro Nº 4).
El hombre que volvió (Revista El Péndulo Nº 4).
El eslabón más débil (Revista Nueva Dimensión Nº 116).
El ángel que repartió el tiempo (“Ciencia Ficción Selección 36”, Bruguera).
Los que robamos el sueño (Revista Nueva Dimensión Nº 130).
Música lenta (Revista Minotauro Nº 11).
Lirios (Revista Isaac Asimov Magazine Nº 6).
El joven que esquió hasta la eternidad (Revista El Péndulo Nº 11).
El oro y el moro (Revista Isaac Asimov Magazine Nº 13).
El color de los ojos del Neandertal (“El color de los ojos del Neandertal/La plaga de Midas”, Robel).

Todos estos libros y revistas están agotados, algunos desde hace años, y el único que es relativamente fácil de encontrar es el de Robel. Por tanto, alguien interesado hoy en día por leer la obra de Alice Sheldon y que no quisiese descender a las catacumbas del mercado de segunda mano, sólo podría encontrar un par de relatos suyos en el mercado.
En total se han traducido al castellano 30 relatos y una novela, aproximadamente el 50 % de su producción. En líneas generales están sus mejores obras (con alguna excepción de la que hablaré más adelante), y, en concreto, el grueso de su producción de los 70, probablemente su mejor época. Sin embargo, de sus primeros trabajos de finales de los 60 y de los últimos de los 80 hay bastante menos donde elegir.
Bueno, si algún editor lee esto y se siente interesado por la fascinante Alice podría animarse a re-editar su obra o a atreverse con antologías de relatos inéditas como “Ten thousand light-years from home”, y “Her smoke rose up for ever” o con su otra novela “Brightnes falls from the air”. Lo ideal sería unas obras completas como Dios manda, que seguro que caben en un solo tomo de no mucho porte. De esta forma podríamos leer otros cuentos suyos de fama como los premiados “Out of the everywhere”, “Beyond the dead reef”, o “The only neat thing to do”. O su primer cuento de 1968 “Birth of a salesman”. O aquellos otros que la crítica ha reconocido como imprescindibles como “Your faces, O my sister! Your faces filled of light”, o “Faithful to thee, Terra, in our fashion”.
Si Gigamesh (que ya ha hecho algo parecido con Brown) o Bibliopolis están a la escucha ya saben lo que hay que hacer, sino, dudo que alguien más lo haga dentro de nuestro mundillo. Aunque, por supuesto, soy escéptico.

miércoles, enero 16, 2008

Memoria Recuperada: "La Máquina que Ganó la Guerra" de Isaac Asimov


Parece un retapado para una colección de quiosco de la edición original de Caralt de 1977 (Colección Ciencia Ficción Nº 9). En cualquier caso, la portada, aunque de tapa dura, es chillona y de aspecto barato. La traducción es de Antonio Prometeo Maya, pésima, llena de americanismos y pobre. Es un libro de relatos que cuenta con seis de ellos: “La máquina que ganó la guerra”, “Lunares verdes”, “Historia bélica”, “Por Dios y por la patria”, “Rompehuelgas”, y “Mi hijo el físico”
De hecho, la edición original estadounidense, “Nightfall and other stories” fue publicada en España (o mejor dicho masacrada) por Caralt en tres volúmenes, (los otros dos son “Los ojos hacen algo más que ver” y “Cuarta generación”) agrupando los relatos a su aire, suprimiendo alguno y no respetando los títulos originales.
En cuanto a los cuentos ¡Qué decir! Recoge historias de los 40-50, la época dorada de Asimov, pero en una edición muy posterior a la fecha (es casi su última recopilación “clásica”), así que se incluye mucha morralla y un par de relatos magníficos casi olvidados. En este tomo en concreto tenemos el magistral “Rompehuelgas”, una de sus mejores historias, e “Historia bélica” que tampoco está mal. En general, los demás son buenos pero no excepcionales.
Parece mentira de crío lo mucho que me gustaba Asimov, casi me enloquecía, y ahora, de mayor, es fácil verle los trucos, su estilo un tanto seco y aburrido, los personajes de cartón piedra, las tramas esquemáticas. Y, sin embargo, de vez en cuando, al volver a leerlo, surge la chispa.

--------------------------------------------------------------------------------

Asimov fue durante muchos años el autor referencial de la ciencia ficción. Aquel al que todo el mundo conocía fuese o no aficionado al género. Se le publicaba en editoriales generalistas como Planeta, Alianza, Bruguera y Plaza & Janés, y mucha gente era lo único que leía de ciencia ficción en toda su vida. Fue un escritor popular y sus libros se vendieron muy bien, en especial en ediciones de bolsillo. Con semejante papel resulta peculiar ver lo mal que se le editó. Algunas de sus mejores obras como “Los propios dioses”, “Los robots”, “A lo marciano”, “Nueve futuros” o “Con la Tierra nos basta”, sólo fueron editados en colecciones de género (Martínez Roca casi siempre) y por lo tanto no aptas para el gran público.
Así, los títulos de los que podían disfrutar todos eran, a menudo, mediocres como es el caso de los tres tomos de “Selección”, “Estoy en Puerto Marte sin Hilda” o “Compre Júpiter”. Y, con todo, en muchos de estos casos las ediciones fueron penosas, algo realmente peculiar si tenemos en cuenta que hablamos de editoriales de prestigio como, por ejemplo, Alianza que cambió el título de “Asimov’s misteries” por el muy absurdo de “Estoy en Puerto Marte sin Hilda” (uno de los cuentos) y escamoteó, al menos, uno de sus relatos, de hecho su debut, “Abandonados cerca de Vesta”.
Otro ejemplo, a su muerte, uno de sus colaboradores habituales, Martin H. Greenberg, publicó una impresionante antología con más de una treintena de relatos: “Asimov Chronicles”. Aquí fue editado con el más soso título de “Crónicas” y únicamente con la mitad de los cuentos.
Más peculiar ha sido el caso de Ediciones B que ha sacado unos supuestos “Cuentos completos” que únicamente constan de un par de tomitos.
Pero, probablemente, lo más llamativo sea que su última antología, “Gold”, siga aún inédita en castellano. Puede que los cuentos que la compongan estén repetidos mil veces o sean de su última y peor época pero, personalmente, acogería con cariño este libro, casi lo último escrito por Asimov.
Con todo, la peor edición posible sufrida por el bueno de Isaac fue perpetrada por una de las editoriales más cochambrosas de la ciencia ficción española (y mira que este es un título disputado). “Nightfall” apareció en tres tomos diferentes, con títulos dispares, relatos en alegre revoltijo, notables ausencias y una traducción infame.
Para rematar la faena, se convirtieron en libros muy difíciles de encontrar y, de hecho, “Cuarta generación” se transformó en un pequeño dolor de cabeza para un completista maniaco como yo.
Cierto es que los mejores relatos de esta antología aparecieron en otros muchos sitios pero siempre hay algún cuento que tiene la mala pata de no pasar la criba y, por tanto, convertirse en candidato al olvido. Ese es el caso de “Historia bélica” (traducción espantosa de “C-Chute”) un cuento digno, donde aparece reflejado el espíritu humanista y pacifista de Asimov (escrito durante la Guerra de Corea, todo sea dicho de paso), y del que poca gente tiene noticia.
Como colofón, si todo esto pasaba con un autor tan famoso y rentable ¿de qué nos extrañamos cuándo cosas peores suceden con escritores menos conocidos y de éxito más discreto?

lunes, enero 14, 2008

Adivinanza Sencilla

¿En que país se acaba de publicar la biografía de una importante escritora de ciencia ficción pero es totalmente imposible encontrar en el mercado ninguno de sus libros?
Exacto, aquí, en España. Alice Sheldon, la gran James Tiptree Jr. acaba de merecer los honores de una gran biografía editada por Circe. No sé muy bien cuales son los objetivos de la editorial, si el libro va destinado a los que, como yo, están entregados a una autora tan enorme como original, me temo que seremos pocos, dado lo pequeño de nuestro mundo fandomita (donde, me temo, la exquisita Sheldon tampoco debe de gozar de grandes entusiasmos). Si, en cambio, lo lee cualquier persona y, fascinada por la personalidad de Tiptree decide leer alguno de sus libros lo lleva claro. ¡Ah, da gusto vivir en un país como este, tan desesperante como divertido!

domingo, enero 13, 2008

Memoria Recuperada: "Cartas de la Atlántida" de Robert Silverberg


Buena traducción de Hernán Sabaté y en la portada una bella ilustración, relativa a la historia, de Robert Gould. Todo el libro cuenta con buenas y variadas ilustraciones de este artista.
Le di otra oportunidad a Silverberg y nuevo fiasco. Aunque aquí hay que reconocer que no toda la culpa es suya. En primer lugar, el editor la comparte un tanto y demuestra tener más cara que espalda. Lo que sólo es un cuento largo aquí nos lo cascan como una novela y a que precio. Además, sospecho que la historia debió de publicarse por entregas en alguna revista (o sino Silverberg chochea del todo)ya que en cada capítulo se pasa dos páginas resumiendo el anterior.
Pero lo que ya es insultante es que en la solapa te presentan la Atlántida como algo real y un “misterioso hecho arqueológico”¡ Toma ya! Ahí es nada. Me pregunto en que fuentes arqueológicas han debido de bucear.
Y ahora, la parte de culpa de Silverberg. La verdad es que no había hecho caso a los rumores sobre la decadencia final de este autor, quizá por que sus últimos libros no los había leído, y , también, por que los que leí, como “Gilgamesh” o “Al final del invierno”, me parecieron buenos. Sin embargo, después de los mutantes de Haber, sus colaboraciones con Asimov y estas “Cartas de la Atlantida” uno duda. Porque este libro es basurilla mala. Se supone que Silverberg sabe algo de arqueología y resulta que su protagonista retrocede 18.000 años y se encuentra con la Atlántida ¿Por qué no con Blancanieves y los siete enanitos? Y encima se monta un follón entre Paleolítico y Neolítico que es patético. Luego, para rematar, nos suelta que los atlantes son extraterrestres y, a pesar de ello, se reproducen con los humanos sin problemas. 0 en arqueología primero y 0 en biología después. Y el estilo, aunque denota oficio deja mucho que desear. En fin, corramos un tupido velo.

------------------------------------------------------------------------------

Bueno, pues a falta de leerme una cosilla con muy mala pinta que se llama “Tebas, la de las cien puertas”, de esta misma época, y algunas de sus obras juveniles, cuando era un artesano del pulp, creo sinceramente que este es el peor libro de Silverberg con gran diferencia respecto al resto. Ya no sólo el grave problema de ambientación ya mencionado (y que para un joven licenciado en Historia especializado en Arqueología resultaba imperdonable) sino que la historia no tiene chicha, ni gracia, ni nada. Es absolutamente plana, sosa y anodina. Y, precisamente, Silverberg nunca había sido ni soso, ni plano ni aburrido, te podía gustar más o menos pero sus libros estaban escritos con espíritu. Este, en cambio, se escribió en piloto automático. Una pena pero reconfortémonos pensando en la docena larga de grandes novelas que escribió y que han perdurado.

viernes, enero 11, 2008

Convocatoria del III Premio Xatafi-Cyberdark de la Crítica de Literatura Fantástica

La Asociación Cultural Xatafi anuncia la convocatoria de la tercera edición del Premio Xatafi-Cyberdark de la crítica de literatura fantástica, que pretende reconocer los mejores trabajos del género editados en España durante el año 2007 según un jurado. Como siempre agradecer a la librería virtual Cyberdark.net el apoyo y patrocinio.

Las categorías son:

Mejor libro de ficción español (dotado con 350 euros cedidos por la librería virtual tienda.cyberdark.net).
Mejor relato español (dotado con 150 euros cedidos por la librería virtual tienda.cyberdark.net).
Mejor libro de ficción extranjero.
Mejor relato extranjero.
Mejor iniciativa editorial.


La composición del jurado de esta edición es la siguiente:

Lola Coll. Directora y coordinadora de la base de datos bibliográfica virtual www.latercerafundacion.net
Ricard Ruiz. Periodista y crítico literario en El Periódico, BTV, Qué Leer, COM Ràdio y Rac-1.
Juan Manuel Santiago. Co-selector de la antología fantástica Artifex, ex-director de la revista Gigamesh y ex-director de la revista Stalker.
Mariano Villarreal. Ex-secretario de los premios Ignotus concedidos por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia-Ficción y Terror; y director de la web de crítica www.literaturafantastica.tk Arturo Villarrubia. Co-director del anuario de ensayo fantástico Jabberwock y crítico literario.
Siendo el secretario de esta edición del premio J. Fidel Insúa, secretario de la Asociación Cultural Xatafi.

El 10 de mayo se hará pública la lista con un máximo de seis candidatos por categoría.
El fallo del jurado se dará a conocer en julio, durante la cena de la AsturCon, dentro de la Semana Negra de Gijón.

Una vez más copio la información del Blog de Fidel (el señor secretario) y, simplemente, desear todala suerte del mundo a los jurados dee ste año que se meten en una emrpesa ardua pero gratificante. Y, como siempre, a esperar la docena larga de libros nominados que son la mejor guia posible para saber que leer dentro del fantástico del año pasado.

jueves, enero 10, 2008

Memoria Recuperada: "Tiempo de Mutantes" de Robert Silverberg y Karen Haber

La portada tiene un ¿dibujo? ¿fotografía? rarillo y nada del otro mundo, la traducción, buena, es de Hernán Sabaté.
¡Qué desilusión! Cojo una novela de Silverberg esperando algo bueno y me sale una mierdecilla. Vale que, a veces, Silverberg se cae con todo el equipo pero esto pasa de castaño oscuro. En primer lugar por que el libro es malo donde los haya y, en segundo lugar, por que fijo que no es suyo sino de su mujer. Y es que Silverberg tiene un estilo muy peculiar y aquí ese estilo es reemplazado por algo gris y anodino. Entiendo que Haber quiera iniciar su carrera de escritora y entiendo que Silverberg la quiera echar un cable pero al que no entiendo es al cabrito del editor por querer engañar al prójimo. El listillo de Barceló en vez de colocarla en su sagrada colección Nova la ha largado hacia Éxito Internacional, una colección de best seller ¡Anda que no sabe! Y, de paso, por ese método están apareciendo muchos libros de ciencia ficción raros o que no cuajan en el estilo Nova.
En cuanto al libro en sí, para que hablar, malo de solemnidad, y la sinopsis engañosa (“asesinato del líder mutante” ¡pero si se lo cargan al final del libro!). Todo lleno de racismo tanto humano como mutante, una sociedad futura copia mala de la nuestra (en vez de hamburguesas comen sushi pero el ambiente es el mismo), unos mutantes sacados del siglo XVI (y más nazis que los humanos), cuya estructura social es idéntica a la judía (y esa ha debido de ser toda la contribución de Silverberg) y unos personajes estúpidos, de los de darles de hostias (bueno, quizás se salve Skenie), sin olvidar que la trama se ve venir desde muy lejos. Y, encima, este es el primer volumen de una serie (lo que resiente al libro en sí) que esperemos que no continúe siendo publicada.

-----------------------------------------------------------------------------

El rumor generalizado dice que este es el peor libro de Silverberg. Estaría de acuerdo sino fuera por que sigo creyendo que su contribución a este engendro fue mínima. Hay otro título que leí acto seguido que si que creo que es lo peor escrito por este autor. Ya saldrá.
“Tiempo de Mutantes” es malo con avaricia y, afortunadamente, la serie no se continuó en nuestro país (desconozco si en E.E.U.U. ocurrió lo mismo). En aquellos años eché mucha culpa de todo este desastre a editores varios. Ahora no tengo tan claro hasta que punto Barceló controla que libros salen en Nova y cuales en otras colecciones. De la misma forma no sé muy bien si la idea de que Haber no firmase el libro sola fue del editor estadounidense, suya o de su marido. En el fondo, da lo mismo, el libro es un crimen se vea como se vea.

miércoles, enero 09, 2008

Escritores Maduritos

Como continuación de lo que escribí hace algunos días podríamos añadir una breve coda sobre escritores ya no adolescentes sino de la tercera edad. Gente que ha logrado el reconocimiento pasados los 60, en plena edad de jubilación. Una vez más son presa de las ansias homicidas de los medios de comunicación que parecen encantados en resaltar como otros viejecitos andan echando miguitas a las palomas y estos, en cambio rozan la genialidad. Una estupidez más de esta sociedad idiotizada en la que habitamos. Repito, parece muy igualitaria pero, al mismo tiempo, se sorprende de que uno puede ser “normal” cuando es o muy joven o muy viejo.
Hay varios ejemplos de autores que deslumbraron en su senectud. Quizá uno de los más conocidos últimamente sea Frank McCourt el creador de “Las cenizas de Ángela” pero, repito, no es un caso único. Desgraciadamente, parecen tenerlo tan complicado para editar como sus colegas que en vez de canas sufren granos. Me imagino que si un editor recibe un manuscrito firmado por alguien de 15 años fruncirá el entrecejo pero hará lo mismo si el autor pasa de 72.
En el mundo de la ciencia ficción también se han dado algunos casos, aunque pocos. El autor más conocido que entró en el género a una edad provecta fue R. A. Lafferty. Su primer libro lo publicó con 54 años y la mayoría de su obra la ha escrito pasada la sesentena.
Adolescentes y ancianos parecen ser dos colectivos que gustan de escribir, aparte del éxito o no de cara a la publicación. Sin embargo, es más difícil encontrar actitudes similares entre los adultos. La explicación me parece obvia si tengo en cuente mi propia edad. El trabajo (esa maldición bíblica) y las demás tareas asociadas al hogar y los hijos dejan poco tiempo libre. En cambio, cuando se es muy joven o muy viejo parece que el tiempo fluye de otra manera y estas pequeñas aficiones se hacen más sencillas.
Habrá que esperar hasta la jubilación.

martes, enero 08, 2008

Memoria Recuperada: "El País Pequeño" de Charles de Lint


Buena traducción de Carlos Gardini. En la portada una curiosa y conseguida ilustración. Estamos ante una novela de la llamada Fantasía Moderna, ya se sabe: época actual y, de repente ¡Chas! aparece la magia. Un género poco editado en España que aún prefiere las tradicionales espadas y brujerías. Pero, además de original, es un libro bien escrito (en tono comercial, claro) y de los que se leen de un tirón. En él aparece de todo, una historia dentro de la historia, música, costumbrismo de Cornualles, leyendas, esoterismo, sociedades secretas a la conquista del mundo, y, sobre todo, amistad y amor (y no sólo del chico-chica). Mucho, sin duda, pero también es un libro gordote, aunque, afortunadamente, nada pesado. Tiene sus fallos, claro, nada de sexo, a veces es un poco empalagoso, un tanto descuidado, los malos son malos exageradamente y los buenos son buenos por excelencia. Me fastidió un poco que el protagonista que más simpático me caía fuese el único muerto pero así son los libros.
Sin embargo, todos estos defectos no evitan que sea una delicia de leer, y, aunque el mensaje y la moralina son muy evidentes (la amistad y el amor vencen todo), no dejan de ser una agradable moraleja. De Lint es un desconocido por estos lares y sólo tiene editado otro libro (habrá que leerlo) sería bueno que se publicasen más cosas suyas, pero, a menos que Barceló se arriesgue (y lo veo difícil dada la crisis de Nova Fantasía) dudo mucho que los otros editores (conservadores ellos) lo hagan.

-----------------------------------------------------------------------------

Acerté, De Lint no ha vuelto a ser publicado en España. Tampoco es que se pierda mucho, es únicamente un autor de tantos sin libros demasiado buenos pero con una calidad media bastante agradable. Un pasarratos que posee una gran profesionalidad a la hora de escribir sus novelas (por lo que se vio de él por aquí). En cualquier caso, el ser publicado en Nova Fantasía , justo cuando esta colección se iba al garete, no le ayudó lo más mínimo. Curioso, de todas formas. Vista la preponderancia actual de la Fantasía no deja de llamar la atención que hace trece años una colección de este género muriese ante el éxito de la ciencia ficción. Vivir para ver.

lunes, enero 07, 2008

Escritores Jovencitos

Últimamente, en esto del fantástico, se está poniendo un tanto de moda el escritor adolescente. Me explico, no un escritor que escriba para adolescentes si no un escritor que el mismo es todavía adolescente. Creo que fue el autor de “Eragon” el que hizo saltar la liebre pero pronto han surgido otros, incluido uno autóctono para mayor regocijo de los periodistas a los que este tipo de noticias les encantan, no hay nada como un friki para animar las páginas de cultura de un dominical.
La mayoría de estos chavales escriben Fantasía, lo que no deja de tener su lógica, dado que es el género de moda y la sombra de Tolkien casi siempre es alargada. Sus edades oscilan entre los 11 y los 17 años, parece que cuando llegan a la mayoría de edad dejan de ser atractivos para los medios de comunicación.
No voy a debatir sobre la calidad de sus obras, reconozco que las copias timoratas de “El Señor de los Anillos” o de Harry Potter no están entre mis gustos. Pero, a pesar de todo, no me importa romper una lanza a favor de ellos. Y es que, la mayoría, han recibido unas críticas brutales y se les ha puesto a caer de un burro. Como era de suponer, pronto apareció el sambenito de que “son demasiado jóvenes para escribir”.
Bueno, vamos a recordar a que edad publicaron por primera vez alguno de los autores de ciencia ficción más clásicos: C. M. Kornbluth 17 años, Robert Bloch 18 años, Frederick Pohl 18 años, Fritz Leiber 19 años, Isaac Asimov 19 años, James Blish 19 años, Damon Knjight 19 años, Ray Bradbury 20 años, John W. Campbell 20 años, Jack Williamson 20 años, L. Sprague de Camp 20 años, Hal Clement 20 años.
Todos ellos se iniciaron entre 1938 y 1944 la edad de oro de los pulp. Una época donde ser joven no era raro sino habitual. Asimov se consideraba “viejo” por publicar su primer relato con 19 años y Heinlein era visto como una rareza por haber empezado a escribir en la treintena. Las cosas fueron cambiando poco a poco hasta que, por ejemplo, en los años 80, Ramsey Campbell ocultase sus 17 años a su editor August Derleth antes de que este accediese a publicar su primera antología de relatos.
Por tanto, escribir en la adolescencia, tardía o no, es relativamente habitual y sólo una sociedad como la nuestra, pretendidamente igualitaria pero siempre pendiente de buscar al rarito para mofarse de él, puede ver en esto una noticia.
Máxime si tenemos en cuenta que publicar a edades muy tempranas no es raro en la literatura mainstream, y ahí tenemos los casos de Scott Fitzgerald, Truman Capote o Ana María Matute. Es el hecho de que estos chavalines escriban fantasía lo que los convierte en noticia no el hecho de escribir a edades tan tempranas.
Por último, al final si voy a hablar de la calidad de estos autores, aunque no he leído a ninguno de ellos. Se les acusa de ser malos escritores y de copiar con demasiada fidelidad, cercana al plagio, a sus ídolos. Personalmente, no me parece ni raro ni malo. Pocos escritores nacen sabiendo y casi todos (Heinlein podría ser una excepción en nuestro campo) sufren un largo aprendizaje. Si uno lee los relatos primerizos de Asimov y demás tiene que reconocer, a la fuerza, que son bastante malejos y copias baratas de sus mayores de aquellos años (Leinster, “Doc” Smith, Weinbaum). Aquellos autores tuvieron la inmensa suerte de trabajar para el mercado pulp, que se nutría fundamentalmente de relatos, un tipo de narrativa donde el proceso de aprendizaje es bastante más sencillo (en número de páginas) que frente a una novela.
¿Es culpa de estos chavales el que ahora, ya no la novela, si no la trilogía sea el modelo a seguir?
En cualquier caso esperemos que se les de más oportunidades para desarrollar sus talentos, aunque con el darwinista mercado editorial que vivimos lo tienen crudo.