Memoria Recuperada: "Las Furias" de Keith Roberts
Edición de bolsillo barata con una portada horrible, la típica chica desnuda y un monstruo surrealista, ninguna noticia del traductor ni del año de publicación. La edición es mala de veras, llena de erratas y frases cortadas, de hecho hay un capítulo (el II) que está hecho un Cristo, cada párrafo va a su aire y hay que unirlos como si fuera un puzzle. Además, en la contraportada hay un anuncio de la revista Teleguía (indescriptible).
La historia es la típica novela de catástrofes inglesa siguiendo a Wells y Wyndham. Esta vez la destrucción del mundo por un experimento nuclear a los bestia (500 megatones) que produce un terremoto desolador. Aprovechando la fiesta, los Guardianes, extraños seres de energía pura, se reencarnan en unas gigantescas avispas que arrasan lo que queda de la humanidad. El lugar, por supuesto, es Inglaterra y toda la historia tiene un aire típicamente británico.
Roberts debió de escribir el libro bastante deprisa y sin cuidado, y eso se nota, muchas cuestiones quedan sin resolver y algunas escenas están cojas o poco claras. La primera parte es bastante monótona y gris, escenas copiadas de “La Guerra de los Mundos” (el protagonista se queda encerrado en una casa en ruinas) y poca acción y dinamismo. La segunda parte, con la descripción de la lucha de guerrillas contra los invasores es mejor, dura, cruel y bastante realista. Los protagonistas están bien construidos y se hacen querer, su muerte duele, y aunque el desenlace final es demasiado fácil, las avispas se extinguen solas, uno se alegra por la suerte de los héroes. Hay una segunda trama en la que el protagonista busca desesperadamente a lo largo de la novela a su amiga de 16 años (¿pederastia?) aunque al final no la encuentre (inusual) y acabe con su compañera de guerra, desfigura y ex-prostituta (toque social bastante ajeno a la ciencia ficción). Sin embargo, y más que otras obras similares, no deja de ser un pastiche sobre una posible invasión nazi de Inglaterra.
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Bueno, veo que hace 12 años escribía de una forma muy parecida a la actual, quizá algo apresurado pero similar, se ve que evolucionar como escritor no es lo mío. En aquellos años aún me escandalizaba de ver lo mal editados que estaban ciertos libros, Producciones Editoriales, haya por los 60-70, era de lo más cutre pero no deja de ser curioso observar como algunas editoriales actuales (no voy a decir nombres que todos sabemos de que quien hablo) no han mejorado mucho las cosas en 40 años (otros que tampoco saben evolucionar).
En cuanto al libro de Roberts, este es un autor que no goza de mi simpatía y menos con un pastiche tan flojo (con todo, y aunque suene a herejía, me gustó más que "Pavana"). Es cierto que hay algunos rasgos en el libro que lo hacen más original que la media de autores catastrofistas post-Wyndham. Pero si pensamos que en 1966 (cuando Roberts escribió “Las Furias”) Ballard ya andaba haciendo de las suyas queda claro lo limitado de esta novela, probablemente un producto alimenticio más.
La historia es la típica novela de catástrofes inglesa siguiendo a Wells y Wyndham. Esta vez la destrucción del mundo por un experimento nuclear a los bestia (500 megatones) que produce un terremoto desolador. Aprovechando la fiesta, los Guardianes, extraños seres de energía pura, se reencarnan en unas gigantescas avispas que arrasan lo que queda de la humanidad. El lugar, por supuesto, es Inglaterra y toda la historia tiene un aire típicamente británico.
Roberts debió de escribir el libro bastante deprisa y sin cuidado, y eso se nota, muchas cuestiones quedan sin resolver y algunas escenas están cojas o poco claras. La primera parte es bastante monótona y gris, escenas copiadas de “La Guerra de los Mundos” (el protagonista se queda encerrado en una casa en ruinas) y poca acción y dinamismo. La segunda parte, con la descripción de la lucha de guerrillas contra los invasores es mejor, dura, cruel y bastante realista. Los protagonistas están bien construidos y se hacen querer, su muerte duele, y aunque el desenlace final es demasiado fácil, las avispas se extinguen solas, uno se alegra por la suerte de los héroes. Hay una segunda trama en la que el protagonista busca desesperadamente a lo largo de la novela a su amiga de 16 años (¿pederastia?) aunque al final no la encuentre (inusual) y acabe con su compañera de guerra, desfigura y ex-prostituta (toque social bastante ajeno a la ciencia ficción). Sin embargo, y más que otras obras similares, no deja de ser un pastiche sobre una posible invasión nazi de Inglaterra.
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Bueno, veo que hace 12 años escribía de una forma muy parecida a la actual, quizá algo apresurado pero similar, se ve que evolucionar como escritor no es lo mío. En aquellos años aún me escandalizaba de ver lo mal editados que estaban ciertos libros, Producciones Editoriales, haya por los 60-70, era de lo más cutre pero no deja de ser curioso observar como algunas editoriales actuales (no voy a decir nombres que todos sabemos de que quien hablo) no han mejorado mucho las cosas en 40 años (otros que tampoco saben evolucionar).
En cuanto al libro de Roberts, este es un autor que no goza de mi simpatía y menos con un pastiche tan flojo (con todo, y aunque suene a herejía, me gustó más que "Pavana"). Es cierto que hay algunos rasgos en el libro que lo hacen más original que la media de autores catastrofistas post-Wyndham. Pero si pensamos que en 1966 (cuando Roberts escribió “Las Furias”) Ballard ya andaba haciendo de las suyas queda claro lo limitado de esta novela, probablemente un producto alimenticio más.
5 Comments:
Una vez leí un libro que tenía las mismas características del que describes, mal redactado, pésima traducción, una reunión de ideas bizarras construidas para llenar páginas. Pésimo libro.
Era de la misma edición que este que mencionas, un libro con tapas plateadas.
Y aunque no había leído más de diez libros completos en esa época, ya podía distinguir entre uno malo y uno pésimo. Ese era podrido.
Llegué a este blog por casualidad antes del verano y, desde entonces, lo visito con frecuencia, incluso leyendo las entradas de los meses anteriores. Sinceramente, me parecen muy interesantes las reseñas y comentarios. Si hubiera que ponerle algún reparo, simplemente sería el de echar en falta cierta información adicional sobre algunas obras, autores y circunstancias que resultarán obvias a quienes se encuentran en el "núcleo duro" de los aficionados pero que, a los que bordeamos el exterior del círculo, se nos escapan.
Felicitaciones y saludos,
DePeixes.
Gracias por los elogios, en cuanto a lo difícil de entender algunas referencias para los no iniciados, nunca pensé que fuese tan oscuro, en cualquier caso para cualquier duda se pregunta y sin problemas.
Antes de nada, gracias por atender mi comentario. En segundo lugar, me he explicado mal. Las entradas y reseñas de este blog no me parecen oscuras. Al contrario, entradas como las dedicadas a los géneros dentro de la ciencia ficción me han servido para dar un cierto método a mis lecturas que, en éste y en otros ámbitos, tienden a ser caóticas. Lo que pretendía decir es algo distinto. Por ejemplo, en las reseñas referidas a autores y obras del siglo XIX o comienzos del XX -que por otra parte me son en general más familiares- las alusiones o comparaciones con otras obras o escritores son más detalladas, como si consciente o inconscientemente se tuviera presente que la obra o autor señalados pueden no ser conocidos por la generalidad de los lectores de este blog. Sin embargo, cuando se trata de autores u obras más recientes, los comentarios sobre ellos -consciente o inconscientemente, vuelvo a decir- parece que se entienden obvios, que no necesitan explicación alguna, para todos los lectores y, por desgracia, algunos no llegamos a ello.
Insistiendo de nuevo en las felicitaciones y saludos,
DePeixes.
Claro, esa es una jugarreta de mi inconsciente, la cf, digamos de ahora, es una lectura que tengo tan interiorizada que puede ser que a veces de por sentado cosas que para mi son obvias y no deberían de serlo para todos.
En cambio, el fantástico decimonónico es un campo en el que me muevo con menos soltura y por eso, en cierta forma, ando con pies de plomo.
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