Thomas Disch (1940-2008)
Ha muerto Thomas Disch, uno de los mejores escritores que ha dado la ciencia ficción, o, mejor dicho, se ha suicidado Thomas Disch, un escritor maldito y con poca suerte.
Digan lo que digan determinadas posturas románticas, más bien absurdas, un suicidio siempre es una tragedia que, a menudo, podría haberse evitado. En el caso de Disch, por lo que se comenta, pasaba por una depresión de años motivada por la muerte de su pareja de toda la vida y tremendas penurias económicas provocadas, principalmente, por la dificultad para encontrar editor para sus libros, unido a las escasas ventas de sus obras anteriores (casi todas descatalogadas).
Disch es, por tanto, un ejemplo de hasta que punto puede llegar a ser cruel la vida con alguien. Tanto llorar y suplicar por autores con talento que escribiesen ciencia ficción con la calidad literaria de cualquier grande del mainstream. Tanto quejarnos de lo mal que escribían grandes popes como Clarke o Asimov, y para una vez que tenemos a alguien que es un auténtico estilista (ojo, no lo digo yo, lo dicen casi todos los críticos, incluida gente ajena al mundillo de la CF), nosotros, el público omnipotente, lo tratamos con tal desprecio que, al final, el pobre tipo se suicida por que no puede vivir de lo que escribe. Es que somos la leche.
Dicen que en España obras maestras como “334” o “En alas de la canción” fueron de las menos vendidas de sus colecciones. Por una vez, no somos un caso aparte. Actualmente es E.E.U.U. es casi igual de difícil conseguir un libro de Disch que aquí.
Hoy por hoy sólo la ya mencionada “En alas de la canción” y la reciente “El cura” están en el mercado. Clásicos indiscutibles como “334”, “Campo de concentración”, “Los genocidas” o “El ejecutivo” son pasto de tiendas de segunda mano. Lo mismo podemos decir de otras obras menos brillantes pero igual de atrayentes como “Eco alrededor de sus huesos” o “Doctor en medicina”.
La muerte de alguien casi siempre es triste, cuando sucede a una persona que ha tenido éxito y reconocimiento y que le llega pasados los 75 y de forma natural, esa tristeza queda disminuida en parte.
Disch no gozó de ninguna de estas ventajas, de ahí que haya un cierto tono de amargura en estas líneas. El suicidio de Disch es, en cierta forma, el suicidio de una determinada forma de entender la ciencia ficción que va camino de extinguirse, es el final de historias duras y poco complacientes que colocan a la humanidad en el triste puesto que le corresponde, es la renuncia a una literatura valiente y adulta en aras de una eterna adolescencia. Como diría Spinrad, es el triunfo del Emperador de Todas las Cosas frente al antihéroe atrapado por un futuro que ni comprende ni le comprende.
Y en esto, todos somos en parte cómplices, por que el fracaso injusto de un escritor se debe a la ceguera de un público determinado que prefiere comprar la enésima paja mental de Ender visto por la cuñada de su portera, o de que pasó en Dune cuando los gusanos se pusieron a bailar la conga después de una cogorza de melange todo ello escrito por el hermano del primo de un cuñado del sobrino de Herbert, antes que dejarse deslumbrar por joyas como “En alas de la canción” (y, sí, me repito, pero es una puñetera obra maestra y casi nadie se ha enterado).
En fin, un asco, a veces hasta los frikis nos sentimos frikis entre frikis
8 Comments:
Hombre, desde luego es una tragedia que se haya suicidado Thomas Disch. De todas formas, reducirlo todo a los problemas económicos tampoco creo que sea totalmente acertado. Al parecer ya era una persona bastante peculiar en cuanto a su pesimismo, su carácter y demás, y el fallecimiento tras larga enfermedad de su pareja y la vejez seguro que tuvieron también que ver en su depresión. En fin, supongo que fue un poco de todo. Que descanse en paz.
Sobre lo que dices de que tanto lloramos y suplicamos por autores con la calidad literaria de cualquier grande del mainstream, a veces pienso que lo que tenían que hacer algunos es leer más mainstream, que para eso está. Quiero decir, si los fans del fantástico ni siquiera leen a todos esos premios Nobel y demás grandes escritores que están por ahí, ¿por qué se muestran tan ansiosos de que haya escritores de género con similar calidad? Y en primer lugar, ¿por qué leen literatura de género en vez de mainstream?
Personalmente, mi primera prioridad al buscar una lectura no es la calidad literaria, sino que me cuenten una buena historia, que me emocionen y entretengan. Si eso lo hacen con mucha calidad literaria estupendo, pero la calidad literaria por sí sola no me merece la pena (y es que hay libros escritos por grandes literatos que me parecen insoportables de aburridos). Tampoco quiere decir esto que me gusten las Crónicas de la Dragonlance y similares, que me parecen igualmente aburridas. Pero prefiero una buena historia bien contada que un manejo del lenguaje exquisito pero vacío de contenido.
No digo que sea el caso de Dish. De él he leído 334, que me aburrió soberanamente, aunque reconozco que lo leí siendo un niño y evidentemente no era la edad más indicada; y En Alas de la Canción, que me gustó aunque no me emocionó hasta el punto de lanzarme a por sus otras novelas.
Por cierto, tampoco me gustan ni las tropecientas continuaciones de Ender (es increíble la decadencia de Card) ni las enésimas secuelas de Dune escritas por un familiar del autor y un escritor a sueldo.
En fin, es mi punto de vista.
Un saludo.
No creo que la muerte de Disch marque el fracaso de una forma de entender la ciencia ficción, pero sí que recuerda el fracaso que supuso la New Wave por su empeño en cambiar el género "desde dentro".
Por lo demás, la gente ya es mayorcita para saber lo que quiere leer o escribir. No vale la pena calentarse los cascos por ello.
Siempre me ha preocupado bastante esa tendencia a separar las ideas de entretenimiento y calidad artística. La idea de que el fantástico es una especie de barrio bajo donde vamos a emborracharnos y a buscar el placer sin que nos importe el qué dirán, y que para encontrar calidad ya tenemos los clásicos santificados oficialmente, me produce cierta alergia, entre otras razones porque siempre ha sido uno de los argumentos principales de Miquel Barceló y similares para mandar al averno todo lo que suene a "New Wave" o se quiera salir del tiesto de lo que busca ser entretenimiento y nada más.
El problema no es que se suplique por autores de calidad literaria, es que, cada vez que surge una obra de género escrita con cuidado y exigencia, surgen en seguida las típicas voces en plan Homer Simpson gritando "¡Me aburro!", es un fracaso de ventas brutal, no se crea un público que demande un fantástico diferente, más artístico, y por lo tanto los autores que querrían y podrían hacer cosas diferentes se dedican a otras modalidades de escritura. Fue el caso de Disch, pero también el de nuestro César Mallorquí.
Sigo sin ver ese antagonismo entre calidad literaria y "buenas historias bien contadas". Calidad literaria no es sólo juegos de palabras, como parece insinuar Farseer, sino también creación de personajes, poder descriptivo, graduación de la intriga, originalidad en el punto de vista, la capacidad de hacernos sentir que entramos en un mundo nuevo, aunque en el fondo no sea cierto. Y todo eso, mal que nos pese, lo consigue el lenguaje. Si lo que entendemos por "buenas historias bien contadas", son los mismos argumentos de CF y de fantasía heroica de toda la vida, contados con el estilo neutro y eficaz de toda la vida, pero con la diferencia de que los malos son más chungos y ganan más a menudo, o que hay más crudeza violenta o sexual, pero sin cambiar básicamente los arquetipos, entonces sí que haríamos mejor en buscar la calidad y la novedad en otro lado.
¿Por qué hay que compartimentalizar tanto? ¿Por qué no pueden coexistir ambas vías, la centrada en una distracción más simple y la exigente y más rebuscada? ¿Por qué hay que buscar cosas diferentes en un libro de literatura general y uno de género, cuando todo es literatura y todo es susceptible de engancharte y emocionarte de la misma manera? La idea de que "calidad literaria" equivale a "pestiño pretencioso" me parece un prejuicio enormemente falso, pero está tan arraigado entre los lectores de CF y fantasía que ya rebelarme contra ello me parece una causa perdida.
Leído el comentario anterior, poco puedo añadir.
Únicamente, que no podemos dejar de rebelarnos contra el mencionado tópico de equiparar calidad literaria y aburrimiento. Lo bueno se opone a lo malo, y lo divertido a lo aburrido. En CF o en poesía pastoril.
Saludos, DePeixes.
Digamos que estoy más de acuerdo con los dos últimos comentarios que con los primeros. Calidad y lectura agradable no van reñidos en absoluto, lo que pasa, y Disch ya habló de eso, es que hay un determinado público que parece desear mantener su adolescencia perpetuamente, por lo menos en la lectura de cf, y no digo yo que no se pueda hacer, lo que pasa es que hay otros que preferimosd que, además, también haya autores como Disch, más maduros pero también de cf.
Y en principio todos cabemos en el mundo, pero luego resulta que unos se hacen millonarios, como Card o los herederos de Herbert y otros se suicidan por que no pueden llegar a fin de mes. Y a mí eso me jode. Será una postura infantil y absurda, no merecerá la pena ponerse así, no digo yo que no, pero cada uno es como es y elige cabrearse por lo que elige. Otros lloran por que su equipo baja a segunda, ya puestos a hablar de absurdos.
Después de tal panegírico, me siento un poco acusado por no haber leído a gente como este sr.
Con todo lo que se publica y edita es - para mí, al menos - absolutamente imposible siquiera conocer la mayor parte de lo novedoso aún más si es algo cuasi-descatalogado.
Afortunadamente tengo blogs como este para enterarme de qué van las cosas.
Saludos.
Hola.
Me acabo de enterar en tu blog, que hacía días que no visitaba, que ha muerto Disch.
Qué triste, y más de la forma que comentás que murió.
Era a mi forma de ver uno de los pocos "grandes maestros" de la scifi que todavía vivía.
Sus últimas obras no las he leído, pero siempre tengo presentes entre lo mejor que he leído algunos de sus libros (descatalogados actualmente por supuesto, pero disponibles digitalizados en internet), como "Campo de concentración" o "Los genocidas".
Esta última novela leída en mis años de formación como fan de scifi, hace mucho tiempo, en una colección que creo que era de editorial sudamericana con unas portadas espantosas, que no invitaban precisamente a leer los libros. Y encontrar dentro de un libro de aspecto tan desagradable una obra maravillosa como "Los genocidas", era como que reconciliaba con los libros y empujaba para seguir buscando y leyendo otras maravillas de la scifi y la phantasy.
Bueno, como nunca antes he puesto un comentario, aprovecho para felicitarte por el blog, que visito seguido no sólo por los comentarios sino también por las portadas de los libros.
Saludos desde Argentina.
Leí unos cuentos de el en antologías de Ciencia ficción, y es sorprendente la imaginación que poseía.
Que en paz descanse ahora
Fabrizio Barrera
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