jueves, julio 17, 2008

Memoria Recuperada: "Cementerio de Animales" de Stephen King


Buena traducción de Ana María de la Fuente y una portada muy adecuada para la historia.
Debemos reconocer que, hoy por hoy, el amigo Stephen King es el más afamado y leído autor de terror de todo el mundo. El hecho de que saque novelas como churros (prácticamente una al año) podría llevar a pensar que estamos ante un escritor de fórmula, lo que, hasta cierto punto, es cierto. Sin embargo, alguien que vende tanto y cuenta con rendidos admiradores, no sólo entre los lectores si no también entre colegas escritores, algo debe tener que lo hace especial. Esta no es una de sus novelas más famosas ni mejores, en especial se aleja bastante de sus primeras y grandes obras como “El Resplandor” o “El Misterio de Salem´s Lot”, y , a pear de eso, es un buen ejemplo de las virtudes y defectos que hacen de King (valga el chiste fácil) el “rey” del terror.
Las razones de su éxito, a tenor de esta novela, serían: una ambientación muy buena, un tratamiento de personajes magnífico, una gran capacidad de evocación y bastante mala leche. Todo esto sale a relucir en esta novela, en el fondo, la historia de la destrucción, sin remisión, de una familia encantadora.
Lo mejor de toda la obra es la parte del principio, la presentación de personajes y la preparación del terreno. Una pena que, al final, las cosas no salgan tan bien. Demasiadas prisas por acabar el libro, demasiados “efectos especiales”, y una línea argumental que se ve venir con diez páginas de antelación. Y, lo peor, el miedo desaparece.

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Como dije en aquella época, no es la mejor novela de Stephen King, ni de lejos. Además, es muy poco original. De aquella no conocía “La pata del mono” de W. W. Jacobs, un escritor británico de finales del XIX y que es el padre de la idea sobre la que se mueve todo el libro. Lo que Jacobs lograba en apenas una docena de páginas (en uno de los mejores cuentos de miedo de la historia), King lo intenta remedar en 202 páginas y fracasa lamentablemente.
Lo que no quita que sea un autor con un gran oficio y la novela sea un muy digno entretenimiento aunque alejado del poderío de sus grandes obras.
Una nota curiosa, este fue uno de los pocos libros que no compré en aquella época, me lo dejó mi hermana, mucho más aficionada a King que yo, probablemente por eso todavía no me he hecho con un ejemplar. ¡Hasta los frikis tenemos límites!