Unas Reflexiones sobre Todorov y la Literatura Fantástica
Me imagino que, en ocasiones, cuando uno es un lector realmente apasionado y compulsivo le viene en algún momento la necesidad de ahondar en el campo de la literatura desde un punto de vista más teórico o intelectual. Supongo que eso es lo que lleva a mucha gente a estudiar filología, teoría de la literatura, literatura comparada y otras carreras similares.
En mi caso, esa comezón me ha llegado un tanto tarde y, por pereza y comodidad, he preferido seguir un camino más autodidacta, no es el mejor pero es el que hay.
Tzvetan Todorov es uno de esos nombres que aparecen de forma continua si quieres saber cosas sobre literatura fantástica. Por tanto, era inevitable que me acabase leyendo su “Introducción a la Literatura Fantástica”, un texto supuestamente fundamental.
Mi decepción ha sido tremenda. Todorov maneja un corpus literario, en mi opinión, demasiado escaso como para llegar a conclusiones pertinentes. Además, la mayor parte de las obras estudiadas son de autores franceses decimonónicos, un nuevo error, ya que, como ya he dicho más de una vez, creo que los escritores anglosajones y alemanes son mucho más importantes en este campo y época concreta.
Con estas lecturas, Todorov pasa a definir la literatura fantástica de una forma absolutamente tendenciosa y restrictiva. Para él, lo fantástico sólo aparece cuando ante la presencia de lo sobrenatural se impone la incertidumbre. En ese momento en que el protagonista de una narración duda sobre si lo que está viviendo tiene explicación o no, ahí es donde se encuentra la literatura fantástica.
Sí el autor se decanta por una explicación racional, entonces estamos ante lo extraño, si, en cambio, prefiere empecinarse en lo sobrenatural, llegamos a lo maravilloso.
Todorov reconoce que esta afirmación trae como consecuencia lógica la existencia real de muy pocas obras auténticamente fantásticas. De hecho, llega a afirmar que el fantástico murió en algún momento del siglo XIX y que no ha perdurado hasta nuestros días.
En fin, no puedo estar más en desacuerdo con semejante teoría. Si tengo que acudir a la terminología todoroviana, para mí lo maravilloso es lo fantástico y punto final. Lo extraño no es fantástico, por la sencilla razón de que la explicación lógica ahuyenta cualquier atisbo sobrenatural. De hecho, ese tipo de libros (Radcliffe sería un buen ejemplo) me resultan bastante antipáticos, ni chicha ni limoná, que diría un castizo. Habitantes de una extraña tierra de nadie que no creo que contente ni a un apasionado por lo fantástico ni a un defensor del realismo.
De hecho, según el mismo Todorov reconoce un poco a regañadientes, lo fantástico según su definición prácticamente no existe excepto en un puñado de obras muy concretas y determinadas (como algunos relatos poéticos y oníricos de Nerval). Muchos de los ejemplos que pone son de fragmentos de obras que luego acaban decantándose hacia lo extraño o lo maravilloso (Potocki, sin ir más lejos). Definir un género literario por trocitos determinados de obras mayores me parece, cuando menos, peculiar.
Todorov dejó los estudios literarios y ha preferido moverse en terrenos más cercanos a la historia, la antropología y la sociología. Es un intelectual de prestigio, ganador del Príncipe de Asturias, y figura de referencia.
Sólo esta posición actual explica el que semejante teoría literaria goce de reconocimiento hoy en día en los círculos académicos. Y si no es por eso, entonces nos encontramos ante el típico caso de cómo el mundo de los estudiosos está peligrosamente alejado del mundo real. Postular una teoría en base a una elucubración mental cuando menos caprichosa y mantenerla contra la opinión de lectores, editores y autores que escriben, editan y leen literatura fantástica (no veo a nadie que hable de literatura maravillosa), es, o un ejercicio de arrogancia, o de papanatismo.
Mal andamos si la universidad da la espalda a la realidad, por muy fantástica (o maravillosa) que sea.
En mi caso, esa comezón me ha llegado un tanto tarde y, por pereza y comodidad, he preferido seguir un camino más autodidacta, no es el mejor pero es el que hay.
Tzvetan Todorov es uno de esos nombres que aparecen de forma continua si quieres saber cosas sobre literatura fantástica. Por tanto, era inevitable que me acabase leyendo su “Introducción a la Literatura Fantástica”, un texto supuestamente fundamental.
Mi decepción ha sido tremenda. Todorov maneja un corpus literario, en mi opinión, demasiado escaso como para llegar a conclusiones pertinentes. Además, la mayor parte de las obras estudiadas son de autores franceses decimonónicos, un nuevo error, ya que, como ya he dicho más de una vez, creo que los escritores anglosajones y alemanes son mucho más importantes en este campo y época concreta.
Con estas lecturas, Todorov pasa a definir la literatura fantástica de una forma absolutamente tendenciosa y restrictiva. Para él, lo fantástico sólo aparece cuando ante la presencia de lo sobrenatural se impone la incertidumbre. En ese momento en que el protagonista de una narración duda sobre si lo que está viviendo tiene explicación o no, ahí es donde se encuentra la literatura fantástica.
Sí el autor se decanta por una explicación racional, entonces estamos ante lo extraño, si, en cambio, prefiere empecinarse en lo sobrenatural, llegamos a lo maravilloso.
Todorov reconoce que esta afirmación trae como consecuencia lógica la existencia real de muy pocas obras auténticamente fantásticas. De hecho, llega a afirmar que el fantástico murió en algún momento del siglo XIX y que no ha perdurado hasta nuestros días.
En fin, no puedo estar más en desacuerdo con semejante teoría. Si tengo que acudir a la terminología todoroviana, para mí lo maravilloso es lo fantástico y punto final. Lo extraño no es fantástico, por la sencilla razón de que la explicación lógica ahuyenta cualquier atisbo sobrenatural. De hecho, ese tipo de libros (Radcliffe sería un buen ejemplo) me resultan bastante antipáticos, ni chicha ni limoná, que diría un castizo. Habitantes de una extraña tierra de nadie que no creo que contente ni a un apasionado por lo fantástico ni a un defensor del realismo.
De hecho, según el mismo Todorov reconoce un poco a regañadientes, lo fantástico según su definición prácticamente no existe excepto en un puñado de obras muy concretas y determinadas (como algunos relatos poéticos y oníricos de Nerval). Muchos de los ejemplos que pone son de fragmentos de obras que luego acaban decantándose hacia lo extraño o lo maravilloso (Potocki, sin ir más lejos). Definir un género literario por trocitos determinados de obras mayores me parece, cuando menos, peculiar.
Todorov dejó los estudios literarios y ha preferido moverse en terrenos más cercanos a la historia, la antropología y la sociología. Es un intelectual de prestigio, ganador del Príncipe de Asturias, y figura de referencia.
Sólo esta posición actual explica el que semejante teoría literaria goce de reconocimiento hoy en día en los círculos académicos. Y si no es por eso, entonces nos encontramos ante el típico caso de cómo el mundo de los estudiosos está peligrosamente alejado del mundo real. Postular una teoría en base a una elucubración mental cuando menos caprichosa y mantenerla contra la opinión de lectores, editores y autores que escriben, editan y leen literatura fantástica (no veo a nadie que hable de literatura maravillosa), es, o un ejercicio de arrogancia, o de papanatismo.
Mal andamos si la universidad da la espalda a la realidad, por muy fantástica (o maravillosa) que sea.
5 Comments:
Sin haber leído nada de ese menda, sin saber contextualizarlo y sin nada más, te diría que, por una parte, tienes razón, y que por otro, tú también tienes tus prejuicios (¿incómoda tierra de nadie?). A ver, todo esto me suena al gótico de toda la vida, que este buen hombre asocia al fantástico, y que sería el antecesor del fantástico, digamos, "racionalista", el del tío que se acerca al hecho fantástico desde la curiosidad intelectual (Lovecraft, MR James, antecesores, sucesores, contemporáneos... hasta "Bosque Mitago"). Y aquí hay dos hechos (insisto, sigo elucubrando sobre lo que no he leído) que me hacen gracia: que por un lado, se identificase el goticazo con el fantástico, y que por otro, el gótico ahora mismo casi se considere un género aparte al terror, al fantástico, y no digamos a la ciencia ficción.
Ah,y Radcliffe es insufrible. Pero lo que hizo M.G. Lewis en "El Monje" es una maravilla de digresiones, humor bestia y puro placer narrativo. Y coño, eso sí que es fantástico, terror y comedia de costumbres al mismo tiempo.
¡Y ya era hora de que actualizases,jodío!
Es que, efectivamente, si hacemos caso a Todorov, "El señor de los anillos" no sería fantástico, pues está clarísimo que nada de lo que narra es real y no existe incertidumbre alguna al respecto.
En el fondo, más que el gótico de toda la vida, me viene en mente un tipo de literatura muy al estilo de algunas historias de Henry James (quien, pese a su calidad, me ha solido aburrir bastante) o Julio Cortázar, que trabajan en una continua "zona gris" entre realidad y fantasía.
Es un modo de hacer fantasía tan respetable como otro cualquiera, pero, de ahí a sugerir, como hacía Todorov, que es el único, pues ya no.
Yo no creo que sea real ese reconocimiento, en el caso de esta obra en concreto. Quiero decir que sí, existe, pero es falso. Sospecho que los que hablan de su supuesta importancia y relevancia teórica, en realidad, no se la han leído, o no dicen lo que piensan realmente, porque Todorov es mucho Todorov y, claro, cualquiera le enmienda la plana.
Hace años, en Valdeavellano, estuve charlando sobre este libro con Fernando Ángel Moreno y, en otra ocasión, en Santander, y su opinión es la misma que la tuya. Los tres coincidimos finalmente, así que está claro que la alabanza no es tan unánime.
Está muy bien traducida, eso sí. Yo la tengo en francés y en castellano. Friki que es uno. ;-)
Carlitos -- por supuesto que yo también tengo prejuicios, faltaría más :) Lo que me molesta de Todorov es que lo suyo no son prejuicios si no "análisis objetivo".
Y, curiosamente, apenas habla del gótico, a menos que consideremso gótico a Potocki, que, personalmente, diría que no. Habla más de Nerval, Cazotte, Gautier, Balzac y demás, franceses (y Poe, como no). Como ya dije, un error. Ysí, to yambién creo que Radcliffe es un coñazo y Lewis una maravilla, no habría tampoco que olvidar a Maturin y Beckford.
Y lo de actualizar, es que no tengo ni tiempo ni imaginación, por otra parte están saliendo (o van a salir) cosas mías en Prospectiva.
Abuelo Igor -- > Claro, lo que pasa que para Todorov El señor de los anillos sería género maravilloso. En fin, como tu bien dices, una teoría más que no es del todo correcta.
Jean Mallart --> Pues no lo tengo tan claro, por que hace poco ha salido una antología de la literatura fantástica en castellano del siglo XX y su recopilador enm su extenso prólogo partía de la clasificación de Todorov como eje de su argumentación. Y estamos hablando de un libro y un especialista que han sido la gran aportación desde la academía al tema.
JAJAJAJAJAJAJAJAJ Estoy haciendo un trabajo literario, en el cual trabajo la "introducción a la literatura Fantástica" de Todorov, y la verdad es que sólo leo de ustedes criticas y nada de propuestas, y si se dan cuenta, en las primeras hojas de la teoría, Todorov para proponer la suya, primero cuestiona las consideraciones que se le han dado a la fantasía como genero y lo sustenta desde argumentos de autoridad, y hay así plantea su teoría. Y ustedes sólo llegan a la critica y no proponen, no le veo seriedad a lo que hacen.
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