Indescriptible
Últimamente, los grandes periódicos suelen tener un hueco para reseñar la muerte de cualquier personaje medianamente importante. Así, hoy tuve la grata sorpresa de ver que El Mundo dedicaba un breve artículo a Philip Jose Farmer. Un avance desde una época no muy lejana en que el fallecimiento de, por ejemplo, todo un Heinlein, no mereció prácticamente ningún comentario en nuestra prensa.
Arrugué un poco el entrecejo al ver que lo firmaba Julio Valdeón Blanco, un novelista afincado en Nueva York que, ocasionalmente, trabaja para este periódico y al que no hay que confundir con su padre, el muy prestigioso y admirable Julio Valdeón Baruque, uno de los mejores medievalistas que ha dado este país.
Y digo que arrugué el entrecejo por que este tipo me carga sobremanera. Primero, por que suele hablar sin conocimiento de causa de todo lo humano y lo divino que le encarga el diario para el que trabaja. Lo que significa que mete la pata sin parar y, en demasiadas ocasiones, de forma bochornosa. Y segundo, por que tiene un estilo absolutamente desesperante, farragoso, lleno de figuras literarias que no vienen a cuento, rimbombante y absurdo. Un fuego de artificio que suele ocultar la vacuidad más absoluta. Cuanto daño ha hecho Francisco Umbral a algunos escritores de este país...
Como no, Julio no podía defraudarme, después de varios párrafos que igual valían para Farmer que para el 90 % de los escritores dedicados al fantástico, llegó la siguiente perla:
"En Riverworld, su trabajo más conocido, presentó un mundo subacuático, en el que los hombres exiliados de una Tierra hiperpoblada, vivían congelados casi toda la semana, a fin de dejar espacio a sus semejantes."
En fin, que mucho rollo sobre lo bien que la CF se está integrando en la cultura general y luego llega un mercenario de las letras y la caga pero bien. Con lo poco que hubiese costado cinco minutos de busqueda en internet. Que tampoco pretendo que el tío se lea las obras completas de Farmer pero un mínimo de profesionalidad no es mucho pedir, digo yo.
Arrugué un poco el entrecejo al ver que lo firmaba Julio Valdeón Blanco, un novelista afincado en Nueva York que, ocasionalmente, trabaja para este periódico y al que no hay que confundir con su padre, el muy prestigioso y admirable Julio Valdeón Baruque, uno de los mejores medievalistas que ha dado este país.
Y digo que arrugué el entrecejo por que este tipo me carga sobremanera. Primero, por que suele hablar sin conocimiento de causa de todo lo humano y lo divino que le encarga el diario para el que trabaja. Lo que significa que mete la pata sin parar y, en demasiadas ocasiones, de forma bochornosa. Y segundo, por que tiene un estilo absolutamente desesperante, farragoso, lleno de figuras literarias que no vienen a cuento, rimbombante y absurdo. Un fuego de artificio que suele ocultar la vacuidad más absoluta. Cuanto daño ha hecho Francisco Umbral a algunos escritores de este país...
Como no, Julio no podía defraudarme, después de varios párrafos que igual valían para Farmer que para el 90 % de los escritores dedicados al fantástico, llegó la siguiente perla:
"En Riverworld, su trabajo más conocido, presentó un mundo subacuático, en el que los hombres exiliados de una Tierra hiperpoblada, vivían congelados casi toda la semana, a fin de dejar espacio a sus semejantes."
En fin, que mucho rollo sobre lo bien que la CF se está integrando en la cultura general y luego llega un mercenario de las letras y la caga pero bien. Con lo poco que hubiese costado cinco minutos de busqueda en internet. Que tampoco pretendo que el tío se lea las obras completas de Farmer pero un mínimo de profesionalidad no es mucho pedir, digo yo.
3 Comments:
Esa necrológica también la leí yo. Valdeón no es tampoco santo de mi devoción (eso de meter en el obituario del cantante de Boston un ataque al AOR y al rock sinfónico es digno de un canalla), y, en efecto, cualquier parecido entre "El mundo del río" y esa sinopsis es pura coincidencia.
Pero lo peor es esa discrepancia entre lo dicho y la manera de decirlo, esa loa condescendiente a los descuidados pero adorables escritores de quiosco redactada con unas pretensiones bastante cursis de estilo bonito y brillante. Si hay un caso claro en que el reseñador se siente superior al reseñado (¡y encima sin haberlo leído!) es el de este artículo.
lo que también parece es que los escritores de la new wave están condenados a morir ignorados por los aficionados (total, son difíciles de leer) y por la culturalidad general (porque total, eran de cf). Y lo cachondo mental que era el Farmer, y tanta peña sin saberlo...
Abuelo Igor --> un tipo insoportable, lleno de ínfulas y condescendencia. Ahora, esas frases tipo "fue bautizado con tinta y papel" son vomitivas.
Carlitos --> Farmer, como tantos otros, se hundirá en el pantano de la memoria, y nuestros editores ayudando, como ya dije antes sólo hay un libro suyo disponible en el mercado.
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