domingo, febrero 26, 2006

Escritos Fantasmas de David Mitchell


Parece mentira que este sea el primer libro de Mitchell y digo esto por que “Escritos fantasmas” es una obra tremendamente madura y compleja, algo que no parece lo más adecuado para un escritor novel.
He dudado de incluir en estas memorias este libro, en el fondo no deja de ser una novela de ciencia ficción con toques fantásticos pero, por su estructura, se incluye en ese difuso ámbito llamado slipstream siendo muchas de sus partes más propias del mainstream que de la literatura de género.
Y es que la estructura de este libro es uno de sus máximos alicientes. “Escritos fantasmas” es una especie de recopilación de relatos aparentemente independientes pero sutilmente enlazados entre si, cosa de la que somos plenamente conscientes una vez terminado el libro. Un ejemplo, en uno de los cuentos somos testigos de las vivencias de un adolescente japonés aficionado al jazz, en el siguiente se nos cuentan las vicisitudes de un ejecutivo inglés en Hong Kong, ahora bien, en un momento de este segundo cuento aparece brevemente (como parte del paisaje) el adolescente japonés de la primera historia. Y este sistema se repite a lo largo de todas las historias.
Cierto es que hay una temática que se convierte en dominante al final de la historia (la creación de una Inteligencia Artificial y como esta se hace con el control del mundo) pero, realmente, ese no creo que sea el objetivo de Mitchell.
Sinceramente, al acabar la lectura de “Escritos fantasmas” me ha parecido un ejemplo perfecto de eso que estamos llamando globalización. Cada una de las historias está ambientada en un lugar distinto del mundo (Okinawa, Tokio, Mongolia, Hong Kong, San Petersburgo, Londres, Irlanda, Nueva York) y al compartir personajes y situaciones introduce de una forma sutil pero muy efectiva ese concepto.
Los cuentos claramente fantásticos son: “La Montaña Sagrada” y “Mongolia”. En el primero se nos narra la vida de una campesina china que habla con el espíritu de un árbol y que es una perfecta excusa para narrarnos la historia de China durante el siglo XX. “Mongolia” es una visión descarnada de este país tras su salida del comunismo y su entrada a medias en el capitalismo, su protagonista es un ente inmaterial que puede habitar los cuerpos de los seres humanos.
De ciencia ficción tenemos: “Clear Island” y “Tren nocturno”, ambos sobre la creación de una IA y de cómo esta se hace con el control del mundo.
El resto de los cuentos (“”Okinawa”, “Tokio”, “Hong Kong”, “San Petersburgo” y “Londres”) no tienen temática fantástica.
Todos estos relatos son autosuficientes e independientes aunque es cierto que resultan más satisfactorios leídos dentro del conjunto de libro que no por separado. En cualquier caso, de una forma u otra, las historias de “Escritos Fantasmas” me han resultado de lo más grato de los últimos meses y convierten a Mitchell en un escritor al que seguir.

2 Comments:

Blogger Nacho said...

Completamente de acuerdo, aunque "Hong Kong" tiene un poco de historia de fantasmas contemporánea. Esa presencia que asedia al matrimonio, manifestación de los fantasmas que pueden terminar con la relación, ¿es real o imaginaria?

dom feb 26, 11:30:00 a. m. 2006  
Blogger Iván Fernández Balbuena said...

Si, es cierto, se me había pasado ese detalle. Es curioso que, al final, de "Hong Kong" se me haya quedado más en la cabeza la historia de amor frustrada y los líos empresariales que el fantasmita del apartamento.
Y luego está "Okinawa" que podría ser de cf sino fuera por que todo es fruto de la mente calenturienta de un abducido por una secta.

dom feb 26, 11:43:00 a. m. 2006  

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