miércoles, mayo 31, 2006

Una Noticia que Empieza a no Ser Noticia: Salda Miraguano

Pues eso, una noticia que empieza a sonar a repetitivo y aburrido, ahora es a Miraguano a quien le ha tocado la china y salda su colección La Cuna de Ulises y otras cosas más (no, los Libros de los Malos Tiempos todavía no). La verdad es que después de que hicieran lo mismo hace unos años con Futuropolis, su colección de ciencia ficción, esto era cuestión de tiempo.
Aún así me sigue dando un poco de rabia, puede que Miraguano tuviese una estética un tanto feista en esta colección pero, a pesar de todo, eran libros más que dignos, bien traducidos y a un precio bastante asequible. Y, especialmente, era un colección de literatura juvenil y de aventuras de la que ya quedan pocas. En mi incursión no han caído muchas cosas ya que casi todos los títulos que me interesaban los fui pillando a su precio original poco a poco (esa era otra ventaja de Miraguano, sabías que todo el fondo editorial estaba siempre a mano en su librería de Madrid). En cualquier caso, junto a libros clásicos de autores como Hawthorne, Conrad, Asollant, London o Irving, antologías varías de cuentos y recopilaciones de leyendas, hay un puñado de clásicos decimonónicos del fantástico que merece mucho la pena conseguir si a uno, como es mi caso, le va ese rollo.
Destacan en concreto títulos como “El buque fantasma” del Capitán Marryatt (una novela gótica de ambientación marítima impresionante), “La guarida del gusano blanco” de Bram Stoker (una obra casi lovercraftiana), “El pueblo de la bruma” de Henry Rider Haggard (otra civilización perdida en África), “Fantasías” de George McDonald, “El bosque del fin del mundo” de William Morris (dos libros del inicio de la fantasía épica que influyeron mucho en Tolkien), “Eric Ojos Brillantes” también de Haggard (una increíble saga escandinava que en nada tiene que envidiar a la actual fantasía épica), “La tierra de la niebla” de Arthur Conan Doyle (una de sus novelas ocultistas), “Cuentos misteriosos” de Amado Nervo (cuentos modernistas a la manera de Rubén Dario), alguna antología de terror e, incluso, una de las novelas menos conocidas de Rafa Marín “El muchacho inca”.
En fin, que por menos de tres euros el ejemplar ya estáis tardando, aunque, repito, que sigue siendo una pena.

El Espíritu del Mago de Javier Negrete


“La espada de fuego” fue una muy digna novela de fantasía épica que colocó a este sub-género en el mapa del fantástico español. En efecto, antes de la obra de Javier Negrete, este tipo de títulos era uno de los grandes ausentes en el panorama narrativo nacional. Además, el libro estaba lo suficientemente bien hecho como para soportar las comparaciones con sus homólogos escritos en anglosajonia y, lo que fue más sorprendente, se vendió muy bien. Tanto que su autor decidió seguir una vieja tradición no escrita y convertir ese primer volumen en el inicio de una serie que se promete tan larga como satisfactoria.
Dicho esto, debo reconocer que no fui uno de los más seducidos por esta novela. Me explico, gustarme, me gustó pero siempre le encontré un toque raro, un algo extraño que hacia que no me acabase de convencer del todo. Después de mucho reflexionar creo que la razón real de esta sensación tiene más que ver con su estructura narrativa que no con el estilo de Negrete ni con la historia en sí (ambos magníficos).
En efecto, “La espada de fuego” es realmente la re-escritura y re-estructuración de una antigua novela y eso se nota. Las piezas encajan mal. La primera parte es refrescante, original y llena de interés, el tramo final parece obra de alguien más primerizo y mucho más monótono y rutinario. Las aventuras en busca de la espada de fuego no alcanzan la brillantez de la presentación de personajes y de la elaboración de Tramorea que son la esencia de esa primera parte. En resumen, un peculiar puzzle cuyas piezas no acaban de casar del todo.
En cualquier caso, el libro me gustó lo suficiente como para comprarme su continuación: “El espíritu del mago” y he de decir que esta novela si que está mucho más conseguida. De hecho, su calidad es casi similar a la de autores tan famosos y consagrados como Sapkowski o Martin.
Lo primero que llama la atención de este volumen es que es mucho más grueso que su antecesor pero pronto lo asumimos más como una bendición que como una carga dado lo absorbente de la trama que hay en su interior. Una trama compleja y con numerosos personajes, ramificaciones y sorpresas que harán las delicias de cualquier buen aficionado a este tipo de libros. La historia que se narra aquí es, hasta cierto punto, clásica. Un ejercito de las fuerzas del mal dispuesto a arrasar Tramorea, un personaje joven y carismático que emprende una búsqueda de proporciones épicas, y otro personaje más viejo y desencantado que se convierte en el único paladín frente al señor oscuro de turno. Entre medias, por supuesto, hay mucho más. Intrigas políticas dignas de Maquiavelo, ciudades gobernadas por semidiosas, magia negra pero que muy negra, ciudades arrasadas por la más espantosa de las guerras, personajes adolescentes que maduran a una velocidad de vértigo, amor, sexo, un mago más que peculiar, una batalla final de las que ponen los pelos como escarpias y un despliegue de razas, criaturas y demás parafernalia más que abrumador.
A bote pronto señalaría dos cuestiones que creo que son lo mejor del libro. La principal es su suave derrape hacia la ciencia ficción estilo Jack Vance o Gene Wolfe, ya se sabe, un Tierra en decadencia que ha olvidado su antigua tecnología y ciencia y las confunde con una poderosa magia. El truco está más visto que el tebeo pero Negrete lo hace tan bien que se lo perdonamos todo y lo disfrutamos sin complejos.
Un inciso, dada la crisis que vive la ciencia ficción en detrimento de la fantasía quizás este sistema haya sido la única forma que ha encontrado Negrete para “colar” a su público potencial una buen historia de cf haciéndoles creer que estaban leyendo fantasía. Sí, ya lo sé, suena paranoico y lo código Da Vinci pero conspiraciones más raras se han visto.
El segundo gran acierto del libro es el complejo popurrí histórico en que está basado. Como historiador reconozco que esta parte es la que me parece más fascinante y mejor elaborada. Toda la historia de la humanidad aparece aquí pasada por la batidora y re-elaborada para que encaje a la perfección en la historia que se nos cuenta. Por ejemplo, tenemos una ciudad-estado que vive un enfrentamiento político entre nobleza y pueblo, que es una gran potencia naval y comercial, donde las prostitutas de alto standing alcanzan una posición social de lo más aparente y que tiene una moneda cuyo emblema es la lechuza. No, no es Atenas en el siglo V a. de C. es Narak la ciudad donde se refugia Derguin Gorion.
También hay un ejercito de mercenarios casi invencible que parte hacia lejanas tierras orientales donde sus jefes son masacrados en un banquete-trampa por aquellos que les habían contratado pero que aún así no solo consiguen sobrevivir sino que gana una batalla casi imposible y se vengan cruelmente de sus enemigos. ¿Los catalanes en Grecia? Pues no, no son los temible almogavares de Roger de Flor en la Grecia del siglo XIV es la Horda Roja de Kratos May.
Grupo de mercenarios que, por cierto, basan su poder en una fuerza de infantería pesada fuertemente disciplinada y armada con largas picas y, repito, no son ni la falange hoplita espartana, ni la macedónica son la Horda Roja de Kratos May (otro inciso, en ninguna novela histórica sobre la antigua Grecia he leído una descripción tan precisa y lograda del funcionamiento de una falange hoplita y de lo que se siente dentro de ella como en este libro).
Y que decir de una ciudad muy, muy antigua y muy, muy malvada, gobernada por una todopoderosa semidiosa del amor voraz cual mantis religiosa, que recurre a mercenarios para protegerse, con zigurats por todos lados, un pueblo fanatizado y una riquezas obscenas. Podría ser una Babilonia re-inventada por un autor pulp como Abraham Merrit pero es más bien la ciudad de Malib.
Y, por supuesto, está esa expansión militar-religosa que viene del desértico sur, esos jinetes nómadas que al fin se han reorganizado y que van a pasar a cuchillo a todo aquel que no se convierta a su peculiar credo monoteísta y que son frenados contra todo pronóstico en una batalla decisiva. Y no, no son los musulmanes embarcados en una sangrienta Yihad hasta su debacle en Poitiers en el 732. Son los fascinantes Aifolu.
Y, también, hay amazonas, un auténtico genocidio que ríete de los nazis y (deberes para casa, chicos) otro pueblo que sale de refilón y se parece sospechosamente a los romanos. En fin, aunque mezclar pueblos y épocas tan diferentes suene a herejía, Negrete ha hecho los deberes y todo va como la seda, sin chirridos ni estridencias. Vamos, una gozada.
En el debe, una sola cosa que hace que a veces uno frunza un poco el ceño y es el abuso de la casualidad. Y es que el libro está lleno de demasiadas casualidades que hacen que la trama avance, demasiadas situaciones en las que fulanito va por un bosque se encuentra con menganito, y, ¡Oh, maravilla!, ambos son dos protagonistas necesarios para que todo salga bien y, por lo tanto, se hacen colegas y emprenden camino hacia, casualidad de casualidades, un lugar ignoto donde está zutanito que los necesitaba urgentemente para solucionar un par de entuertos.
Vale, puede que ese no deje de ser un cliché usado desde siempre por los autores de novela popular y folletinesca pero, bajo mi punto de vista, aquí se utiliza de una forma demasiado obvia y, a veces, incluso burda y, sinceramente, vistas sus otras virtudes, creo que Negrete puede hacer las cosas mucho mejor en ese aspecto.
Sin ir más lejos, el toque lovercraftiano que le da a las fuerzas oscuras de turno resulta de los más original de cara a evitar un cliché más a la hora de caracterizar a los “malos”.
En cualquier caso, un pecado pequeñito que le perdono de todo corazón porque el resto del libro me ha hecho disfrutar como nunca y que hace que coloque a esta saga, junto a las de Martin y Sapkowski en el apartado de “libros urgentes a comprar el día que salen aunque haya que empeñarse hasta las cejas”.

jueves, mayo 25, 2006

Cuentos del Libro de la Noche de José María Merino



Este es un libro que, imagino, hará las delicias de mi buen colega blogero Iván Olmedo “Odemlo”. Principalmente por que sé de su predilección por los micro-relatos y, aunque quizás muchos de los cuentos que hay aquí son demasiado largos para entrar en esta categoría, no es menos cierto que son breves, pero que muy breves. Y sino juzguen, 85 cuentos en unas 170 páginas.

Pero, en el fondo, esto son futesas, naderías, lo importante es saber si estamos ante un buen libro o no. Y la respuesta es positiva. No voy a descubrir ahora la figura de José María Merino dentro de las letras españolas, únicamente mencionar dos cosas, que tiene una muy larga trayectoria detrás y que esto del micro-relato es una tema que ha practicado más veces. Y se nota.

Estos cuentos son una espléndida mezcla de precisión, sorpresa, originalidad y buen hacer, todo ello aderezado por unas ilustraciones sencillas y algo naives del propio autor que encajan perfectamente con el espíritu del libro.

Tenemos de todo en estos mini-relatos y, especialmente, mucha literatura fantástica, onírica, imaginativa, terrorífica y hasta de ciencia ficción (“Las seis” es un homenaje a Fredric Brown, uno de los autores de este género que más admira Merino). Y aunque, dado el número, hay de todo como en botica, el resultado final es más que apreciable y hará las delicias del más exigente de los lectores. Entre otras cosas, por que estas pildorillas literarias se leen en un suspiro y hacen que uno desee pasar a la siguiente y, cuando te quieres dar cuentas, el libro ha volado en un pis pas. Y ahí, sólo nos queda esperar con impaciencia el próximo volumen de micro-relatos de Merino. Seguro que también merecerá la pena.

miércoles, mayo 24, 2006

I Edición Premio Xatafi-Cyberdark de la Crítica de Literatura Fantástica

"La Asociación Cultural Xatafi anuncia los candidatos a los Premios
Xatafi-Cyberdark de la crítica de literatura fantástica, concedido a las
mejores obras de literatura fantástica, ciencia ficción y terror editadas
durante 2005 según un jurado.

Novela nacional (premio dotado con 350 euros cedidos por la librería
virtual www.cyberdark.net):

Juan Miguel Aguilera, Mundos y demonios (Bibliópolis).
Nicolás Casariego, Cazadores de luz (Destino).
Rodolfo Martínez, Sherlock Holmes y las huellas del poeta (Bibliópolis).
José María Merino, Cuentos del libro de la noche (Alfaguara).
Javier Negrete, El espíritu del mago (Minotauro).
Eduardo Vaquerizo, Danza de tinieblas (Minotauro).

Novela extranjera:

Susanna Clarke, Jonathan Strange y el señor Norrell (Salamandra).
Kazuo Ishiguro, Nunca me abandones (Anagrama).
David Mitchell, Escritos fantasma (Tropismos).
Audrey Niffenegger, La mujer del viajero en el tiempo (Grijalbo).
Philip Roth, La conjura contra América (Mondadori).
Bruce Sterling, Cismatrix (Bibliópolis).

Relato nacional (dotado con 150 euros aportados por www.cyberdark.net):

Alfredo Alamo, “El hombre de la pala” (Paura vol. 2).
Juan Díaz Olmedo, “Dragón podrido” (Paura vol. 2).
Santiago Eximeno, “Escombros” (Artifex Tercera Época vol. 2).
Lorenzo Luengo, “La cotorra de Humboldt” (Artifex Tercera Época vol. 1).
Félix J. Palma, “Margabarismos” (Artifex Tercera Época vol. 2).
Marc R. Soto, “Gatomaquia” (Galaxia nº 15).

Relato extranjero:

George R.R. Martin, “El hombre con forma de pera” (Gigamesh nº 40).
Richard Matheson, “Duelo” (Gigamesh nº 42).
Ian McDonald, “La pequeña diosa” (Asimov nº 21).
Mike Resnick, “He tocado el cielo” (Gigamesh nº 42).
Mike Resnick, “El sumidero de la memoria (Gigamesh nº 42).
Bruce Sterling, “No opinamos lo mismo” (Gigamesh nº 41).

Iniciativa editorial destacada del año:

Berenice, por La nave, de Tomás Salvador.
Gigamesh, por Ven y enloquece, y otros cuentos de marcianos y Luna de miel
en el infierno, y otros cuentos de marcianos, de Frederic Brown.
Reino de Redonda, por La nube púrpura, de M.P. Shiel.
Valdemar, por Narrativa completa 1 de H.P. Lovecraft.
Valdemar, por ¿Pueden suceder tales cosas? (Cuentos fantásticos completos),
de Ambrose Bierce.
Valdemar, por Drácula, de Bram Stoker.

Los ganadores serán anunciados en la cena de gala de la próxima
Asturcon, el 8 de julio en lugar por determinar por parte de la
organización del evento.

El jurado del premio está compuesto Iván Fernández Balbuena, Ignacio Illarregui,
Santiago L. Moreno y Cristóbal Pérez-Castejón, además de Alberto
García-Teresa y J. Fidel Insúa en nombre de Xatafi."

Vale, ya se que llego tarde, bueno, tardísimo pero es que llevo unos días de curro un poco demoledores. En cualquier caso simplemente haceme eco de esta, creo yo, interesante noticia, y dar las gracias publicamente a la Asociación Xatafi por confiar en mí como jurado y a David Fernández, alma de Cyberdark, por poner la pasta del premio que no es poco.
En cuanto a la lista resultante, obvimante no es "mi lista" sino "nuestra lista" y ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos, aunque el consenso al final se ha logrado. Lo que si que es cierto es la gran unanimidad que hemos tenido todos en los apartados de novela y reedición. De hecho, mi opinión personal es que este ha sido uno de los mejores años de la historia en cuanto a la publicación de novelas de género fantástico en lengua extranjera. Así, a bote pronto, se me ocurren al menos otros seis títulos que podrían haber pasado perfectamente el corte y que, incluso, si hubiesen sido publicados otro año hasta haber ganado el premio.
Y no es hablar por hablar, ahí van mis otros candidatos fallidos:

Carbono alterado de Richard Morgan
Las edades de la luz de Ian McLeod
Tiempo de odio de Adrzj Sapkopwski
Tormenta de espadas de George R. R. Martin
Planos paralelos de Ursula K. LeGuin
Perdidos de Peter Straub

Y me consta que otros jurados aún podrían añadir algún título más.
Donde ha habido más debate ha sido en el terreno del relato, podiamos haber elaborado una lista de por lo menos 20 o 30 cuentos más. Esta dispersión se debe, en mi modesta opinión, a que este año ha habido una gran calidad media dentro del género corto pero ningún relato ha destacado por encima de los demás de una forma exagerada.
Bueno, en cualquier caso, sólo nos queda decidir los ganadores y en ello estamos. En julio tendremos la última palabra.