Canción de Hielo y Fuego 3: Tormenta de Espadas de George R. R. Martin
Resulta un poco difícil hablar de la saga de fantasía épica que mayor éxito está teniendo en nuestro país en los últimos años. Y resulta difícil por dos razones: la principal, que yo también me he rendido a los encantos de esta descomunal obra literaria; pero, no menos importante, su propio triunfo, que hace que la unanimidad de elogios por parte de crítica y público (a veces desmesurados) sea tal que es casi imposible encontrar alguna voz disonante.
Efectivamente, frente a frases como “la mejor obra de fantasía de todos los tiempos”, “un antes y un después en el género”, “mejor que Tolkien” a uno le entra la timidez a la hora de hablar de “Canción de Hielo y Fuego” de una forma menos efervescente.
Lo malo es que “Tormenta de Espadas” es tan, tan buena que, al final, se acaba entendiendo a los fans más fans de la obra de Martin. Y es que, me da la sensación, los volúmenes impares de esta serie van a ser los mejores. “Juego de Tronos” me deslumbró pero “Choque de Reyes” me dejó un tanto frío y, dicen que “A Feast for the Crowns” es el más flojo de todos. En fin, se verá, en cualquier caso, “Tormenta de Espadas” me ha resultado tremendamente satisfactorio como entretenimiento de calidad: las tramas siguen siendo absorbentes, los personajes siguen entando trazados de una forma impecable, la sorpresa acecha a cada vuelta de página y todo es tan absorbente que, como siempre, sorprende que un libro de semejante tamaño se lea tan increíblemente rápido.
Las novedades más llamativas, bajo mi punto de vista, son la creciente aparición de la magia (en especial con ciertas “resurrecciones”) y el protagonismo del pueblo llano que deja de ser un mero comparsa entre las ambiciones de los nobles (como, por otra parte, solía suceder en la Edad Media cuando a los nobles les daba por romperse la cabeza sin ton ni son).
En el debe, cuestiones que se llevan arrastrando desde el principio de la historia. En primer lugar, su longitud desmesurada. Si, ya sé, Martin escribe muy bien y todo se lee sin problemas pero, sinceramente, más de una vez he pensado si todo esa historia no podría haberse contado en una sencilla trilogía de 500 páginas por libro. Otros lo han hecho así y la cosa no les ha ido tan mal.
En segundo lugar, la afición por “la sorpresa cada vez más sorprendente”. Hasta ahora le va más o menos bien pero de vez en cuando se pasa de rosca y, me temo, puede llegar a rozar la incoherencia o el ridículo. A veces, uno lee en piloto automático y no se da cuenta de cuan extravagantes son algunas cosas hasta que ha digerido el libro pasados unos días.
En tercer lugar, la ambigüedad con los personajes. Vale, está muy bien eso del punto de vista subjetivo y de que todo el mundo tiene sus razones para hacer las cosas. Y, por supuesto, los malos pueden ser mucho más molones que los buenos y hay que mimarlos. Lo jodido es que de ahí se llega a un eclecticismo moral de lo más inquietante. Muy bien, Jaime Lannister puede dar sus propias explicaciones de por que hace las cosas pero, al retratarlo de una forma tan atractiva, resulta que, al final, lo de acostarse con su hermana y tirar desde lo alto de un castillo a un niño de 6 años va a resultar que es disculpable, el chico está enamorado, es caprichoso y sus padres le malcrían. Imaginemos ese comportamiento en alguien cercano a nosotros y a lo mejor la cosa tiene menos gracia. Sin olvidar que se puede caer en la incoherencia, en el caso de Jaime, me resulta clarísimo que Martin se ha “enamorado” de él y ha empezado a convertirlo en alguien más “presentable”. Así, se comporta de una forma leal y solidaria con cierta doncella guerrera y abandona a los Lannister por su cargo en la guardia real. Lo siento pero no me cuadra. El Jaime de “Juego de Tronos” no se comportaba igual que este de “Tormenta de Espadas”.
Y, por último, la escabechina generalizada de personajes empieza a ser preocupante. Una cosa es que no se tenga piedad con el lector (algo celebrado con alborozo en su momento) y otra que perdamos el norte. Me imagino que, en el fondo, las novelas no dejan de ser la historia de Jon Nieve y Daereys y que los demás son comparsas que viven y mueren en función de esa realidad. Me imagino. Si no es así, va a resulta que para la mitad de la saga ya no queda casi nadie vivo del primer libro y uno puede preguntarse para que narices ha contado Martin con tanta meticulosidad la historia de determinados personajes si luego se los va a cargar con alegría y frenesí cuando ya no le sirvan. En fin, por poner un ejemplo, que aún me pregunto cuanto sentido tenía tanto rollo sobre lo que pensaba o no Ned Stark si resultaba que iba a desaparecer cuando solo se llevaba un 20 % de la historia.
En fin, que no es que me quiera pasar de listo ni ir contra corriente. De verdad que “Tormenta de Espadas” me ha gustado mucho pero puede que tanto ditirambo sobre esta serie este siendo algo exagerado y acabemos siendo mas “Martinistas” que el propio Martin. Que no olvidemos ha dicho que sería mejor juzgar la obra una vez terminada y no por alguna de sus partes. Un mensaje de lo más sabio en tiempo de obnubilamiento.
Efectivamente, frente a frases como “la mejor obra de fantasía de todos los tiempos”, “un antes y un después en el género”, “mejor que Tolkien” a uno le entra la timidez a la hora de hablar de “Canción de Hielo y Fuego” de una forma menos efervescente.
Lo malo es que “Tormenta de Espadas” es tan, tan buena que, al final, se acaba entendiendo a los fans más fans de la obra de Martin. Y es que, me da la sensación, los volúmenes impares de esta serie van a ser los mejores. “Juego de Tronos” me deslumbró pero “Choque de Reyes” me dejó un tanto frío y, dicen que “A Feast for the Crowns” es el más flojo de todos. En fin, se verá, en cualquier caso, “Tormenta de Espadas” me ha resultado tremendamente satisfactorio como entretenimiento de calidad: las tramas siguen siendo absorbentes, los personajes siguen entando trazados de una forma impecable, la sorpresa acecha a cada vuelta de página y todo es tan absorbente que, como siempre, sorprende que un libro de semejante tamaño se lea tan increíblemente rápido.
Las novedades más llamativas, bajo mi punto de vista, son la creciente aparición de la magia (en especial con ciertas “resurrecciones”) y el protagonismo del pueblo llano que deja de ser un mero comparsa entre las ambiciones de los nobles (como, por otra parte, solía suceder en la Edad Media cuando a los nobles les daba por romperse la cabeza sin ton ni son).
En el debe, cuestiones que se llevan arrastrando desde el principio de la historia. En primer lugar, su longitud desmesurada. Si, ya sé, Martin escribe muy bien y todo se lee sin problemas pero, sinceramente, más de una vez he pensado si todo esa historia no podría haberse contado en una sencilla trilogía de 500 páginas por libro. Otros lo han hecho así y la cosa no les ha ido tan mal.
En segundo lugar, la afición por “la sorpresa cada vez más sorprendente”. Hasta ahora le va más o menos bien pero de vez en cuando se pasa de rosca y, me temo, puede llegar a rozar la incoherencia o el ridículo. A veces, uno lee en piloto automático y no se da cuenta de cuan extravagantes son algunas cosas hasta que ha digerido el libro pasados unos días.
En tercer lugar, la ambigüedad con los personajes. Vale, está muy bien eso del punto de vista subjetivo y de que todo el mundo tiene sus razones para hacer las cosas. Y, por supuesto, los malos pueden ser mucho más molones que los buenos y hay que mimarlos. Lo jodido es que de ahí se llega a un eclecticismo moral de lo más inquietante. Muy bien, Jaime Lannister puede dar sus propias explicaciones de por que hace las cosas pero, al retratarlo de una forma tan atractiva, resulta que, al final, lo de acostarse con su hermana y tirar desde lo alto de un castillo a un niño de 6 años va a resultar que es disculpable, el chico está enamorado, es caprichoso y sus padres le malcrían. Imaginemos ese comportamiento en alguien cercano a nosotros y a lo mejor la cosa tiene menos gracia. Sin olvidar que se puede caer en la incoherencia, en el caso de Jaime, me resulta clarísimo que Martin se ha “enamorado” de él y ha empezado a convertirlo en alguien más “presentable”. Así, se comporta de una forma leal y solidaria con cierta doncella guerrera y abandona a los Lannister por su cargo en la guardia real. Lo siento pero no me cuadra. El Jaime de “Juego de Tronos” no se comportaba igual que este de “Tormenta de Espadas”.
Y, por último, la escabechina generalizada de personajes empieza a ser preocupante. Una cosa es que no se tenga piedad con el lector (algo celebrado con alborozo en su momento) y otra que perdamos el norte. Me imagino que, en el fondo, las novelas no dejan de ser la historia de Jon Nieve y Daereys y que los demás son comparsas que viven y mueren en función de esa realidad. Me imagino. Si no es así, va a resulta que para la mitad de la saga ya no queda casi nadie vivo del primer libro y uno puede preguntarse para que narices ha contado Martin con tanta meticulosidad la historia de determinados personajes si luego se los va a cargar con alegría y frenesí cuando ya no le sirvan. En fin, por poner un ejemplo, que aún me pregunto cuanto sentido tenía tanto rollo sobre lo que pensaba o no Ned Stark si resultaba que iba a desaparecer cuando solo se llevaba un 20 % de la historia.
En fin, que no es que me quiera pasar de listo ni ir contra corriente. De verdad que “Tormenta de Espadas” me ha gustado mucho pero puede que tanto ditirambo sobre esta serie este siendo algo exagerado y acabemos siendo mas “Martinistas” que el propio Martin. Que no olvidemos ha dicho que sería mejor juzgar la obra una vez terminada y no por alguna de sus partes. Un mensaje de lo más sabio en tiempo de obnubilamiento.
8 Comments:
Me parecen acertados tus comentarios, aunque yo sólo he leído Juego de Tronos y he dejado de leer cuando empiezas a hablar de muertes, no sea que haya algún spoiler :).
Si no he seguido leyendo la saga no es porque no me haya maravillado, que lo ha hecho, sino porque no soporto la tortura de estar todos los años esperando la próxima dosis. Cuando termine ya me lo leeré y mientras tanto hay otras cosas válidas que leer.
En cualquier caso, tengo mis dudas de que realmente sean necesarios siete extremadamente gruesos tomos (¿van a ser siete, ¿no?) para contar una historia.
No es que me parezca mal, porque sé que voy a disfrutar mucho con estos libros, pero lo normal en una serie tan extensa es que haya altibajos, y no querría que una serie tan extraordinaria lo fuera un un poco menos por estropearla al final.
Iremos viendo...
¡¡Que sorpresa!! Estoy ABSOLUTAMENTE de acuerdo contigo ¡¡Yo mismo no lo habría expresado mejor!! La verdad es que de momento sólo he terminado "juego de tronos" pero todo lo que has dicho me parece muy acertado.
Hay algunos que que cifran el final de la saga en una colina nevada llena de tumbas con los nombres de todos los personajes... no dejaría de tener gracia si la cosa fuera así. La verdad, estoy de acuerdo en lo de la extensión, pero es que ese es uno de sus atractivos. Martín, esta recuperando la mejor tradición del folletín, libros interminables, de miles de páginas, que existían antes de la tele, el cine y la radio. Me cuentan que mi abuela, los leía y que acabó un poco loca por lo mismo. El objetivo es claro, una traslación del lector, lo más completa y larga posible, al mundo artificial creado.
Escapismo? puede, ¿y? de vez en cuando hay que tomarse unas vacaciones de la realidad.
Como dijo Toklkien en su momento, los únicos interesados en evitar las fugas son los carceleros y Dios me libre de pertenecer a ese gremio.
El escapismo es tan digno como cualquier otra intencionalidad literaria pero, a veces, el refrán de "lo bueno si breves dos veces bvueno" puede ser bastante acertado. En cualuqier caso, esperemos al final de la saga antes de hacer un juicio final de la obra.
pues fijate, yo estoy enganchado completamente, y me parece algo realista que no quiera hacer una separacion clara entre buenos y malos. Nadie hay 100% bueno o malo, y es la primera vez que en un libro de fantasía lo veo así.
Que si, convenceos, parece decir, no siempre tienen porque ganar los que creeis que son los buenos.
Por lo que veo hasta ahora, solo estamos en el comienzo, y la batalla empieza pronto: como dijo Melissandre, la verdadera guerra es entre dos dioses, el del fuego y la luz y el de la oscuridad y la nieve. Me parece que el titulo de la saga da una pista importante, y que los personajes clave vayan a ser Daenerys y Jon y Tarly
Bueno, que os voy a decir.
Yo me he leido los 3 primeros tomos en 2 semanas y hasta he llamado a la editorial para ver como van con el cuarto.
A mi me ha encantado y estoy buscando una maquina del tiempo para poder ir a comprar los otros 4 libros.
Si lo consiguo ya os avisare
Respecto a la critica sobre el cambio de actitud de Jaime, yo creo que al igual que en la vida real la gente cambia de parecer.
Y no es el unico personaje que ha cambiado, porque Sansa al principio de la saga era infantil y creia que todo era bonito y feliz a su alrededor y como le dijo Sandor: La vida no es una cancion, algún dia lo descubriras y sera doloroso.
Por fin lo ha descubierto y ha cambiado radicalmente del optimisto al pesimismo total.
Asi es la vida
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