Ciencia Ficción: Principales Sub-Géneros. Conclusión
¿Sirve para algo una división tan academicista, tan estricta y cuadriculada de la ciencia ficción? ¿Tiene algún sentido? A bote pronto la respuesta es no, todo este pequeño esfuerzo ha sido un tanto baldío. Por cada una de las novelas que he puesto por ejemplo de los distintos sub-géneros a cualquiera se le pueden ocurrir una docena que no consiguen encajar en ninguno de dichos apartados. Por ejemplo, “El mundo invertido” de Christopher Priest, aunque algo tiene de distorsión temporal sería un tanto forzado incluirla entre las obras de viajes en el tiempo.
A veces, nos encontramos con tal profusión de temas que es imposible incluir determinados libros en un solo sub-género. En “Tiempo para amar” de Heinlein hay exploración espacial, space opera, una familia de inmortales, viajes en el tiempo y un atisbo de utopía futura, demasiado para un solo libro pero desde luego difícil de encajar en ningún sitio.
En otros casos, algunas historias si que podrían situarse dentro de uno de estos casilleros artificiales pero con el problema de que la intención del autor no era exactamente esa. “En alas de la canción” de Thomas M. Disch muestra un futuro distópico y una nueva tecnología (la canción extracorpórea) pero uno no se deja de tener la sensación de que la intención del autor era otra más profunda, quizás la de realizar un relato en cierta forma autobiográfico y, probablemente, la de escribir sobre como el ser humano persigue determinados sueños para ser destruido por ellos. Y esta temática me temo que no es exclusiva de la ciencia ficción.
De hecho, esta colección de entradas la inicie criticando a un imaginario experto en literatura que quisiera dividir la ciencia ficción en sub-géneros mucho más convencionales. Después de reflexionar un poco, he llegado a la conclusión de que realmente si es posible dicha división. Hay una ciencia ficción bélica (“Tropas del espacio” de Heinlein), incluso pacifista (“La guerra interminable” de Haldeman), otra romántica (“Los amantes” de Farmer o “Muerte de la luz” de Martín), por supuesto la hay policíaca (“Bóvedas de acero” de Asimov), incluso tenemos novelas del oeste (“En las profundidades” de Clarke) o costumbristas (“334” de Disch). De espionaje (“El día que el tiempo se detendrá” de Farmer), políticas (“Estrella doble” de Heinlein), de aprendizaje (la citada “En alas de la canción” de Disch), etc, etc. ¡Pero si hasta cuando uno lee “Rimrunners” de Cherryh parece que está leyendo una novela sobre la armada inglesa en las guerras napoleónicas de las escritas por O’Brian o Forester....! Eso si, como dijo en su momento Aldiss, estos libros nos gustan no por que sean policíacos, romántico o western si no por que son ciencia ficción pero aún así las conexiones con la literatura general son innegables.
Y, como no, sería posible hacer otra sub-división de nuestro género con premisas distintas tanto de las de la literatura tradicional como de las mías. Y si no buceen en los archivos de Cyberdark y busquen una serie de estupendos artículos de Yarhel al respecto, se darán cuenta de que los caminos son múltiples y en absoluto excluyentes.
Incluso tenemos a un Philip K. Dick, uno de los puntales del género, cuya obra es prácticamente inclasificable de una manera u otra hasta el punto de crear el mismo un nuevo tipo de apartado: el de descomposición de la realidad, extremadamente complejo de realizar con algo de solvencia.
Total, que todo esto parece haber sido un trabajo absurdo y sin sentido. Pues no, para algo puede servir. En primer lugar tiene un sentido didáctico, si alguien se pregunta de que va la ciencia ficción aquí puede encontrar una respuesta relativamente rápida, si alguien supone que ya sabe lo que es la ciencia ficción (cosas de marcianitos...) aquí podrá descubrir que la realidad es un poquitín más complicada. En segundo lugar, creo que también tiene un modesto propósito de estudio. Si alguien tiene la intención de descubrir cuales son los principales temas de la ciencia ficción a lo largo del tiempo y como han evolucionado con el paso de los años, este tipo de divisiones le serán extremadamente útiles. Y por último, a mi me ha tenido bastante entretenido durante unos cuantos días y espero que a alguien más y eso, en los tiempos que corren, no es poco.
A veces, nos encontramos con tal profusión de temas que es imposible incluir determinados libros en un solo sub-género. En “Tiempo para amar” de Heinlein hay exploración espacial, space opera, una familia de inmortales, viajes en el tiempo y un atisbo de utopía futura, demasiado para un solo libro pero desde luego difícil de encajar en ningún sitio.
En otros casos, algunas historias si que podrían situarse dentro de uno de estos casilleros artificiales pero con el problema de que la intención del autor no era exactamente esa. “En alas de la canción” de Thomas M. Disch muestra un futuro distópico y una nueva tecnología (la canción extracorpórea) pero uno no se deja de tener la sensación de que la intención del autor era otra más profunda, quizás la de realizar un relato en cierta forma autobiográfico y, probablemente, la de escribir sobre como el ser humano persigue determinados sueños para ser destruido por ellos. Y esta temática me temo que no es exclusiva de la ciencia ficción.
De hecho, esta colección de entradas la inicie criticando a un imaginario experto en literatura que quisiera dividir la ciencia ficción en sub-géneros mucho más convencionales. Después de reflexionar un poco, he llegado a la conclusión de que realmente si es posible dicha división. Hay una ciencia ficción bélica (“Tropas del espacio” de Heinlein), incluso pacifista (“La guerra interminable” de Haldeman), otra romántica (“Los amantes” de Farmer o “Muerte de la luz” de Martín), por supuesto la hay policíaca (“Bóvedas de acero” de Asimov), incluso tenemos novelas del oeste (“En las profundidades” de Clarke) o costumbristas (“334” de Disch). De espionaje (“El día que el tiempo se detendrá” de Farmer), políticas (“Estrella doble” de Heinlein), de aprendizaje (la citada “En alas de la canción” de Disch), etc, etc. ¡Pero si hasta cuando uno lee “Rimrunners” de Cherryh parece que está leyendo una novela sobre la armada inglesa en las guerras napoleónicas de las escritas por O’Brian o Forester....! Eso si, como dijo en su momento Aldiss, estos libros nos gustan no por que sean policíacos, romántico o western si no por que son ciencia ficción pero aún así las conexiones con la literatura general son innegables.
Y, como no, sería posible hacer otra sub-división de nuestro género con premisas distintas tanto de las de la literatura tradicional como de las mías. Y si no buceen en los archivos de Cyberdark y busquen una serie de estupendos artículos de Yarhel al respecto, se darán cuenta de que los caminos son múltiples y en absoluto excluyentes.
Incluso tenemos a un Philip K. Dick, uno de los puntales del género, cuya obra es prácticamente inclasificable de una manera u otra hasta el punto de crear el mismo un nuevo tipo de apartado: el de descomposición de la realidad, extremadamente complejo de realizar con algo de solvencia.
Total, que todo esto parece haber sido un trabajo absurdo y sin sentido. Pues no, para algo puede servir. En primer lugar tiene un sentido didáctico, si alguien se pregunta de que va la ciencia ficción aquí puede encontrar una respuesta relativamente rápida, si alguien supone que ya sabe lo que es la ciencia ficción (cosas de marcianitos...) aquí podrá descubrir que la realidad es un poquitín más complicada. En segundo lugar, creo que también tiene un modesto propósito de estudio. Si alguien tiene la intención de descubrir cuales son los principales temas de la ciencia ficción a lo largo del tiempo y como han evolucionado con el paso de los años, este tipo de divisiones le serán extremadamente útiles. Y por último, a mi me ha tenido bastante entretenido durante unos cuantos días y espero que a alguien más y eso, en los tiempos que corren, no es poco.
5 Comments:
Philip K. Dick es trascendentalista (véase Ralf Waldo Emerson). Por oposición al realismo, defiende la subjetividad y la imposibilidad -desde ese punto de vista subjetivo- de percibir la verdadera naturaleza de la realidad.
Yo soy de los partidarios de hacer una clasificación de la CF clásica en vez de usar nuestros "localismos", que dificultan la tarea de la crítica seria y la difusión de la ficción especulativa.
Muy buenos los artículos, por cierto.
Magnífica serie de artículos que he seguido con atento interés. La verdad es que tú método de clasificación de la ciencia ficción es igual de válido e interesante que cualquier otro (como el clásico).
Creo que es interesante probar varios enfoques diferentes en el complicado arte de la taxonomia para tener una visión general.
Gracias por los artículos :)
Sobre Dick se han escrito muchas cosas, ademas de trascendentalista se le ha definido, por ejemplo, como gnostico (ahi es nada), alguien empeñado en mostrar la realidad que existe realmente detras de las cosas.
Yo no me atrevo a darle un nombre pero si creo que su "descomposicion de la realidad" se ha convertido en un subgenero que ha sido utilizado por otros escritores (como Galouye) con mas o menos acierto. De hecho, hoy en dia y gracias al cine, parece que se ha puesto un poco de moda ("Dark city", "Nivel 13", "Matrix").
En cuanto a que sistema es mejor o no para clasificar la cf, ni idea. Desde luego, el que he elegido yo puede ser mas ombliguista pero te da una buena panoramica de cuales son las obsesiones tipicas del genero.
Y gracias por los elogios, especialmente los tuyos Yarhel, a fin de cuentas tus articulos para cyberdark fueron una oportuna fuente de inspiracion para esta serie.
Yo creo que no se trata de categorizar, sino de ahorrar tiempo en la descripción. Me parece muy bien la creación de subgéneros, pero quizá tampoco sea necesario ponerle un nombre a todo, porque terminaremos como los músicos: desarrollando estilos tan propios que no se podrán incluir dos personas dentro del mismo grupo (véanse creaciones como el symphonic melodic metal o qué se yo...)
Me parece que te faltó uno, la "Eugenesia". Está presente en Dune (y en la mayoría de los libros de Herbert, me parece); está en las aventuras locas de Lazarus Long de Heinlein (más presente todavía en "tiempo para amar", con toda su propaganda)... y en la gran mayoría de las historias de CF donde los humanos han "mejorado" gracias a un proceso selectivo o eugenético (sin manipulación genética, claro), destacando ciertas características consideradas como "buenas" y desechando otras entendidas como "malas". Ahí están los dragones de Pern, las Bene Gesserit, los neanderthales de Sawyer (que castraban a los que cometían delitos y a todos los que compartieran el 50% de sus genes), entre otros.
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