"La Bruja del Ámbar" de Johan Wilhelm Meinhold
Habría mucho que hablar sobre ese gran número de escritores desconocidos que la historia se ha tragado. Autores que en su momento fueron famosos y apreciados pero que, por las razones que sean, hoy en día nadie, salvo el experto o el friki, recuerda ni, lo peor, lee.
En cierta forma es lógico. Hay tan poca vida y tanto que leer que la criba es inevitable. Pero, de vez, en cuando surgen iniciativas editoriales que deciden resucitar a estos desconocidos. Y, afortunadamente, estas resurrecciones son, en ocasiones, más que necesarias.
Tomemos el caso del alemán Johann Wihelm Meinhold. Casi nadie se acordará de él. En tiempos fue una celebridad, un precursor de la novela histórica (él la llamaba “narraciones de crónica”) que gozó de fama y prestigio y no sólo en su país. A su muerte, el olvido.
Por suerte existen editoriales como Valdemar que se atreven a llamar a la vida a ilustres desaparecidos como Meinhold y gracias a esto podemos leer un libro tan perfecto como “La Bruja del Ámbar” (1842).
Una novela que sirve a la vez como relato histórico, cuento de terror y aventura policíaca (una indefinición que ha llevado a que se publique en una colección de novela histórica pero da lo mismo, podría haber cuadrado en cualquier sitio). Un libro que se escribió sin más pretensión que la de toda buena obra de género: narrar algo, entretener y hacerlo de una forma digna. Y una fórmula que, como es el caso, cuando está bien hecha consigue auténticas joyas.
“La Bruja del Ámbar” cuenta la historia de Abraham Schweidler, pastor protestante de un pequeño pueblo de Pomerania durante la Guerra de los 30 Años, y de su hija Mary. Como he comentado es en parte una estupenda novela histórica ambientada en un periodo tan terrible que parece que escritores y cineastas han decidido piadosamente olvidar. A este respecto, los capítulos iniciales el libro recrean de una manera sobrecogedora el horror de la guerra y como esta se abate sobre poblaciones civiles indefensas. El hambre, consecuencia inevitable de la guerra, es otro de los demonios que pueblan este libro e, igualmente, es descrito con una fuerza impresionante.
Pero también es una novela de terror de lo más efectiva ya que el pequeño pueblo de Coserow está siendo asolado por una bruja que mata al ganado y ayuda al diablo a poseer el cuerpo y el alma de inocentes niños.
Por supuesto, Mary Schweidler es acusada de este crimen y aquí entramos en el terreno de la novela de misterio y de juicios. ¿Es Mary inocente? ¿Y si no es ella la bruja, quién entonces? El suspense llega a ser de lo más intenso y el final, aunque obligadamente feliz, no deja de recibirse con auténtica alegría por parte del lector entregado a la habilidad de Meinhold.
Hay mucho bueno que comentar aquí. Por ejemplo, el magnífico uso por parte del alemán del lenguaje que consigue dar a la novela una pátina de autenticidad tremendamente efectiva. La historia está narrada en primera persona por Abraham Schweidler y se recrea perfectamente la forma de hablar de un párroco culto de la época: grave, profunda y salpicada de latinismos.
También está muy bien conseguida la ambientación, el proceso en sí es de un realismo estremecedor y raya la crónica periodística.
En cuanto al terror hay escenas impresionantes: la posesión diabólica de la niña parece sacada de “El Exorcista” y la muerte de la bruja es realmente impresionante y un punto repugnante.
Aunque, personalmente, lo que más aprecio del libro es su ambigüedad. Ambigüedad a dos bandas: todo lo que pasa podría ser explicado de una forma racional y nunca nos queda del todo claro si estamos ante verdadera brujería o ante un caso de histeria colectiva (Abraham Schwidler cree que si, Rüdiger von Nienkerken, en cambio, opina lo contrario). Pero la ambigüedad también alcanza a Mary. Evidentemente, como protagonista principal de la historia, uno tiende a considerarla inocente pero Meinhold sabe sembrar bien la duda y no sólo entre el tribunal de justicia. De hecho, y aunque al final del libro las cosas quedan claras, sería muy posible re-escribir la historia variándola muy poco y haciendo que la hija de Abraham sea la verdadera bruja.
Aunque Meinhold escribió el libro como un mera obra de entretenimiento no es menos cierto que también supo introducir en ella cuestiones más profundas que le atormentaron durante toda su vida. De hecho, nuestro autor vivió gran parte de su vida como pastor protestante pero unos pocos años antes de morir se convirtió al catolicismo. Parte de sus dudas religiosas y sus críticas hacia el protestantismo aparecen reflejadas en la novela y, especialmente, en la confrontación entre Abraham Schweidler, un sacerdote que jamás duda de su fe, y el noble Rüdiger von Nienkerken, que encarna el espíritu ilustrado y científico que empezaba a asomar tímidamente, y que es bastante escéptico en cuanto a creer en brujas y demonios. En este sentido es ejemplar un momento del libro en que Rüdiger da públicamente una explicación racional a uno de los supuestos encantamientos y Abraham le hace callar con esta afirmación: “puesto que si la gente ya no temía al Diablo, tampoco temerían a Dios nuestro Señor”.
Obviamente hay también algunas cosas que al lector de hoy no le convencerán tanto. El culpable real de la historia se adivina prácticamente en la primera página (el suspense aquí no es tanto saber quien es la bruja como, más bien, si Mary va a ser o no declarada culpable). La trama de amor es demasiado cursi y ñoña para los gustos actuales. Mary resulta demasiado buena y perfecta para ser creíble (en cambio la caracterización de su padre y su dolor y flaquezas ante las amenazas que sufre su hija esta bordada). Y el final es demasiado forzado y folletinesco para resultar real, lo que contrasta gravemente con otros aspectos del libro que, como dije, parecen haber sido sacados de una crónica periodística. Con todo, el balance final es de lo más positivo. “La Bruja del Ámbar” es una de las mejores novelas de terror del XIX.
En fin, es un libro corto, se lee en un suspiro, a Lovercraft le gustaba y Valdemar se ha encargado de editarlo ¿No son suficientes razones para ir a por él?
3 Comments:
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Hola. ¿De qué país eres?, pregunto porque llevo varias semanas buscando este libro en Lima - Perú, y no lo consigo. Si me puedes ayudar,te lo agradecería.
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