Pulp y Re-Pulp
Andaba yo este viernes a la caza de libros inencontrables, cuando en una de las librerías de viejo que frecuento me acerqué, por curiosidad, al estante donde dormían placidamente su sueño culpable los libros de Pulp (si no conocen la historia busquen un artículo de Alberto Cairo que anda por Cyberdark, Bibliopolis y Gigamesh donde se explica todo), dado que fui uno de los afectados por el affaire (y tuve suerte, yo fui de los que cobró) reconozco que siento un cierto placer morboso en ver dichos ejemplares saldados por esos mundos de Dios. De hecho, imagino que como todos, creí que el mega-saldo de todas sus colecciones había significado la muerte de esta funesta editorial. Pues nasti de plasti.
Como iba diciendo, al echarle un vistazo a los libros vi algo raro, un par de ejemplares que no me sonaban, los cogí y casi se me cae el alma a los pies: la fecha de impresión era de Febrero de 2005. Eran dos títulos de la saga de Burroughs sobre Venus: “Carson de Venus” y “Huida de Venus” (los que faltaban para cerrar la serie que se quedó a medias), me fije bien en que el traductor no era ni Rafa Marín (que fue el que tradujo casi todos los Burroughs), ni el ubicuo M. Blanco, ni el increíble Román Goicoechea. También me fije en que el aspecto exterior era similar al de toda la colección Omean (eso si, las portadas más feas).
Cuando fui a pagar el Última Thule que me había agenciado, no pude menos que comentarle al librero la situación. El tío se rió y dijo algo así como: “Pues eso no es nada”. Y me enseñó una pila de libros que aún no había colocado, eran ediciones nuevas de Pulp, o mejor dicho, re-ediciones de la Saga de Marte, también de Burroughs, con un formato diferente (más pequeño y de color marrón claro) e ilustraciones de portada nuevas ¡Hasta habían cambiado el logo de la editorial! Me quede boquiabierto pero la cosa se agravó más todavía cuando vi que, además, había dos títulos nuevos, nada de reediciones de Burroughs, un par de antologías de relatos de Seabury Quinn. El librero me comentó que pensaba que andaban sin distribuidor por que a él se los pasaba un viejecito junto a libros “normales” de ciencia ficción de segunda mano.
Ya en casa, reflexione un poco sobre este descubrimiento. Uno de los rumores que corrieron cuando se desato el escándalo era que los derechos de autor de Burroughs si estaban pagados, que sus herederos tenían muy malas pulgas y que prefirieron cubrise las espaldas. Seabury Quinn es un escritor de los años 20, quizás sus derechos de autor hayan caducado (no lo se). En cualquier caso, puede que por ahí no haya delito. En cuanto a las traducciones, ese es otro cantar. Las de Marte estaban sin pagar (que se lo pregunten a Rafa Marín) o eran plagios de las anteriores ediciones de Aguilar o Interesa. De las de Venus no tengo el dato, la última edición en castellano creo que fue la de Jose Janés hayá por los inicios de los 60 y, al menos, uno de los títulos no coincide (“Huida de Venus” en vez de “Huyendo de Venus”) pero eso tampoco significa nada. De los de Seabury Quinn, ni idea, no es un autor que haya leído mucho, solo se que a Valdemar (que había sacado hace poco una magnífica, lujosa y cara antología de este autor) no le debe de hacer mucha gracia la historia y eso, siempre y cuando, no hayan decidido tomar prestados sus relatos para la edición pulpera (dato que desconozco, es solo una hipótesis).
Me imagino que algunos se alegrarán ya que pensarán que a lo mejor algunas de las series que quedaron a medias (como las de los Lensmen de Smith) puede que al fin se terminen. Pero no deja de ser muy triste que los mayores piratas del mercado editorial español de los último años hayan vuelto a las andadas y de nuevo con manejos más que turbios.
Moraleja: ¿Quién dijo que el criminal siempre paga?
Como iba diciendo, al echarle un vistazo a los libros vi algo raro, un par de ejemplares que no me sonaban, los cogí y casi se me cae el alma a los pies: la fecha de impresión era de Febrero de 2005. Eran dos títulos de la saga de Burroughs sobre Venus: “Carson de Venus” y “Huida de Venus” (los que faltaban para cerrar la serie que se quedó a medias), me fije bien en que el traductor no era ni Rafa Marín (que fue el que tradujo casi todos los Burroughs), ni el ubicuo M. Blanco, ni el increíble Román Goicoechea. También me fije en que el aspecto exterior era similar al de toda la colección Omean (eso si, las portadas más feas).
Cuando fui a pagar el Última Thule que me había agenciado, no pude menos que comentarle al librero la situación. El tío se rió y dijo algo así como: “Pues eso no es nada”. Y me enseñó una pila de libros que aún no había colocado, eran ediciones nuevas de Pulp, o mejor dicho, re-ediciones de la Saga de Marte, también de Burroughs, con un formato diferente (más pequeño y de color marrón claro) e ilustraciones de portada nuevas ¡Hasta habían cambiado el logo de la editorial! Me quede boquiabierto pero la cosa se agravó más todavía cuando vi que, además, había dos títulos nuevos, nada de reediciones de Burroughs, un par de antologías de relatos de Seabury Quinn. El librero me comentó que pensaba que andaban sin distribuidor por que a él se los pasaba un viejecito junto a libros “normales” de ciencia ficción de segunda mano.
Ya en casa, reflexione un poco sobre este descubrimiento. Uno de los rumores que corrieron cuando se desato el escándalo era que los derechos de autor de Burroughs si estaban pagados, que sus herederos tenían muy malas pulgas y que prefirieron cubrise las espaldas. Seabury Quinn es un escritor de los años 20, quizás sus derechos de autor hayan caducado (no lo se). En cualquier caso, puede que por ahí no haya delito. En cuanto a las traducciones, ese es otro cantar. Las de Marte estaban sin pagar (que se lo pregunten a Rafa Marín) o eran plagios de las anteriores ediciones de Aguilar o Interesa. De las de Venus no tengo el dato, la última edición en castellano creo que fue la de Jose Janés hayá por los inicios de los 60 y, al menos, uno de los títulos no coincide (“Huida de Venus” en vez de “Huyendo de Venus”) pero eso tampoco significa nada. De los de Seabury Quinn, ni idea, no es un autor que haya leído mucho, solo se que a Valdemar (que había sacado hace poco una magnífica, lujosa y cara antología de este autor) no le debe de hacer mucha gracia la historia y eso, siempre y cuando, no hayan decidido tomar prestados sus relatos para la edición pulpera (dato que desconozco, es solo una hipótesis).
Me imagino que algunos se alegrarán ya que pensarán que a lo mejor algunas de las series que quedaron a medias (como las de los Lensmen de Smith) puede que al fin se terminen. Pero no deja de ser muy triste que los mayores piratas del mercado editorial español de los último años hayan vuelto a las andadas y de nuevo con manejos más que turbios.
Moraleja: ¿Quién dijo que el criminal siempre paga?
6 Comments:
Efectivamente, hace poco he visto libros recientitos de Pulp (ya que no me sonaban de "la vez anterior")por algún sitio. No puedo cotejar ningún título ahora mismo, ya que la verdad es que los cogí, los sopesé, incrédulo, y ni me fijé en más detalles. Simplemente los solté donde estaban, con una especie de pensamiento de " no hay na que hacer..."
¿Pero es que aún colea este asunto? :( Es increíble, es increíble...
Confirmado segun el ISBN. Los titulos publicados por Pulp este año con el nuevo formato son los siguientes:
De Edgar Rice Burroughs
El señor de la guerra de Marte
Dioses de Marte
Una princesa de Marte
Thuvia doncella de Marte
De Seabury Quinn
La granja fantasma
La dama sin limite
En el caso de Burroughs el traductor acreditado es, como no, Roman Goicoechea (por lo menos no es M. Blanco :)Da la sensacion de que se esta reeditanto (o retapando) la saga de Marte que estaba enterita bajo sospecha (traduciones fusiladas de las ediciones antiguas de Aguilar e Intersea o sin pagar a Rafa Marin). Parece ser que es de lo que mas han vendido...
Las antologias de Seabury Quinn estan traducidas por Silvia Burgos Cordoba. No se que relatos contienen, los de los titulos, al menos, no coinciden con los de la edicion de Valdemar pero de Seabury Quinn hay docenas de relatos en antologias dispersas por todas las editoriales posibles (Bruguera sin ir maslejos).
El culebron continua...
>Cuando fui a pagar el Última Thule que me había agenciado, no pude menos que comentarle al librero la situación. El tío se rió y dijo algo así como: “Pues eso no es nada”.
¿Y qué librería (de Madrid) era esa?.
Se dice el pecado pero no el pecador.
Yo tengo una duda sobre esto, que tal vez alguien pueda contestarme. ¿Es posible para una editorial imprimir una tirada de varias obras y colocarlas directamente en el mercado de segunda mano, como saldos, sin tener que pasar directamente por las librerías?
Porque yo no tuve noticia de la segunda andadura de los timadores de Pulp hasta que vi también sus libros en una Feria del Libro de Ocasión.
A todo esto, me compré el de "La dama sin límite", y estoy por apostar que la traductora es otra "M. Blanco"; las traducciones son completamente diferentes de un cuento a otro. Si no recuerdo mal, en uno de los cuentos ¡incluso se traducía usando el voseo sudamericano! (lo cual es muy digno en una edición iberoamericana, pero se supone que ésta es una traducción nuevamente hecha para la edición ESPAÑOLA de Pulp... digo, de Andrés Sofío...)
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